Galicia, ante los incendios de sexta generación: "¿Estamos preparados?"

Galicia, ante otro verano de riesgo en los montes. El cambio climático se deja notar ya con una nueva tipología de incendios. Cada vez son menos, pero los que hay son mucho más voraces, de mayores dimensiones y más difíciles de atajar. Lo que ocurre en Canadá es sólo un aviso de lo que nos espera a partir de ahora. ¿Está Galicia preparada? En HORA 14 Galicia hemos analizado, con la ayuda de expertos, cómo ha evolucionado la lucha contra el fuego, y cuáles son los retos más inmediatos.

En 2022 han ardido en Galicia 52.000 hectáreas, y este verano hay preocupación por las previsiones meteorológicas, y por esa nueva tipología de fuegos. Lo que nos estamos encontrando ahora son los llamados incendios de sexta generación, pero vamos a ir un poco más atrás en el tiempo para ir trazando la evolución de los incendios. En la década de los 90 los incendios empezaron a ganar en potencia, fueron bautizados como los de tercera generación. A comienzos del siglo XXI se añade un nuevo elemento, que es la emergencia de protección civil. Es decir, esos incendios en los que hay riesgo para la población y para los trabajadores que luchan contra el fuego.

Los incendios de quinta generación son esos en los que además hay simultaneidad, con varios núcleos amenazados, y ahora ya estamos con los de sexta, consecuencia de cambios socioculturales, como el abandono del medio rural, y del cambio climático. Un cóctel que hace que los incendios sean casi imposibles de apagar combatiéndolos directamente. Según el ingeniero forestal Juan Picos hay mucha energía en la atmósfera, con más calor, menos lluvia y más rayos, y aumento de la energía en el territorio, con más vegetación silvestre que nunca.

Y dentro de esta realidad gallega, Ourense se lleva la palma. El año pasado hubo 57 grandes incendios forestales en España, que son esos en los que arden más de 500 hectárease ello. Trece de ellos se registraron en Galicia, y nueve en la provincia de Ourense.

El peor incendio en Galicia desde que hay registros fue el de Folgoso do Courel, consecuencia de la agrupación de cinco incendios procedentes de ocho puntos de ignición. Hemos hablado con Xabier Bruña, doctor ingeniero de montes, que formó parte de ese operativo que durante dos semanas luchó contra las llamas que, como decíamos, arrasaron 11.500 hectáreas.

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Fue un incendio muy complejo, por la intensidad, por el territorio en el que hubo que trabajar, por las condiciones climáticas. Los bomberos se enfrentaron a fenómenos que no habían visto nunca, como las explosiones de ladera. Fueron dos semanas de mucha tensión, con problemas en las comunicaciones. Por la falta de cobertura, por el propio efecto de las llamas, y uno de los focos de mayor preocupación fue un campamento de niños rodeado por las llamas.

Incendios de gran superficie, con condiciones cambiantes. ¿Cómo hacen los bomberos para trabajar contra ellos? Efectivos que llevan tres décadas en la lucha contra el fuego nos lo han contado, en un reportaje en el que también hemos hablado con el director xeral de defensa do monte, Manuel Rodríguez, que advierte de que cada vez serán más habituales este tipo de incendios más difíciles de atajar. Por primera vez este año, la Xunta contará con un equipo especializado en la extinción de los grandes fuegos.

Un futuro para el que toca prepararse, un futuro con incendios cómo nunca habíamos visto hasta ahora.