O Courel busca una marca que promocione sus productos y servicios

Lugo

Frente al despoblamiento rural que deja aldeas enteras desiertas por la falta de servicios, de empleo y de oportunidades de negocio, surgen proyectos que buscan aprovechar lo que ofrece la tierra para revitalizarla y evitar su abandono.

En la montaña de Lugo, en la Serra do Courel, encontramos un buen ejemplo de ello. Se llama O Courel, destino y futuro, y se aplica en los municipios de Folgoso, Quiroga y Ribas de Sil. El objetivo de esta iniciativa es englobar bajo el mismo paraguas, en una especie de Denominación de Origen, todos los productos y servicios que se ofrecen en la zona.

Entrarían en ella proyectos emprendedores de todo tipo, desde turístico hasta propuestas de alimentación ecológica o la producción de vinos. José María López, coordinador de la iniciativa, asegura que hay gente joven dispuesta a lanzar negocios, y lo que tratan es de ofrecerles recursos y herramientas comunes para prosperar juntos.

Estímulos turísticos, naturales e históricos hay de sobra para hacer atractivo el territorio, y ahora están "viendo cómo podemos conseguir que esa marca O Courel venda fuera de Galicia". Pero no sirve que tiren del carro solamente los emprendedores, dice, sino que necesitan apoyo institucional en forma de infraestructuras, agilización de los trámites burocráticos y redes de comunicación.

José María López cree que hay un "amor a la tierra" que traspasa varias generaciones y que anima a los jóvenes a no abandonar el trabajo previo de sus mayores.

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Emprender en casa

Hay historias de gente que descubre o Courel y decide dejarlo todo para emprender allí, gente que vuelve a casa para emprender desde su hogar proyectos de vida, y otros que nunca han abandonado su casa.

Es el caso de Daniel, de Caurelor, que decidió emprender junto con Verónica, su pareja, un negocio de miel y mermeladas en el año 2019. Son un ejemplo de que es posible vivir y prosperar en el rural, pero tampoco ocultan las dificultades que supone.

Sin embargo ellos lo tenían claro: "Queríamos vivir aquí, que nuestros hijos creciesen aquí y que no se pierda todo esto". Frente a las casas abandonadas, "que es una pena", le gustaría ver aldeas "como antes, con gente y con niños por todas partes".

Esta es una imagen, a pesar de todo, que a Daniel le cuesta visualizar. No está seguro de que haya tantas personas interesadas en hacer lo que hicieron ellos, "porque hace falta compromiso y esfuerzo".

Lo que si tiene claro es que a nivel de recursos, el lo ve a diario, es posible: "Hay opciones tanto a nivel turístico, como cultural... Podría haber un montón de gente dedicándose por ejemplo a la ganadería, o hay miles de posibilidades, pero hace falta trabajar".