El Compostela salva un punto de moral

Santiago de Compostela

Con distintos protagonistas sobre el césped, el mismo buen ambiente en las gradas, se repitió el resultado del duelo del pasado curso y Compostela y Pontevedra terminaron firmado tablas con empate a dos. Manu Rivas en el minuto 94 llevó el éxtasis a la grada del Vero Boquete, por la entidad del rival, por haber estado 0-2 y en situaciones de poder colocar la sentencia el conjunto de Yago Iglesias, el empate supo a victoria a la hinchada compostelanista.

Antón Permuy movió el once titular, en le que hubo tres novedades con los nombres en el mismo de Pablo Crespo, Giuliano y Oscar Gil. De salida, el Pontevedra se apoderó del balón y el Compos se guareció con su línea de cinco intentando adormilar un poco al rival. Pero a la primera, la calidad de Dalisson castigó al Compos con un chut ajustado al palo que puso por delante a los visitantes antes de transcurridos diez minutos. Poco después, repitió Rufo, que fue listo para colocarse en el lugar justo y aprovechar la asistencia de Chiqui que, a su vez, había recibido un servicio en largo del portero Edu Sousa en jugada ensayada en el laboratorio de Yago Iglesias. Con un 0-2 al cuarto de hora, el panorama pintaba negro para el Compostela. El Pontevedra pareció querer tomarse un respiro, mientras que el equipo de Antón Permuy intentó no mirar al marcador y sí al campo contrario animándose cada minuto que pasaba un poquito más. Samu y Giuliano probaron al portero del Pontevedra, como haría poco después Manu Barreiro. El siguiente contratiempo para el Compos llegó con la lesión de Diego González, que tuvo que dejar su lugar a Fer Cano. Lo mismo tendría que hacer Manu Barreiro en el descanso, con molestias musculares, y sustituido Hugo Matos.

Tras reanudarse el juego, se pudo ver a un Compos más vigoroso y agresivo. Además de los cambios obligados, Permuy metió a Landeira y colocó arriba a Giuliano y Hugo Matos, muy activos y obligando a las atenciones de la zaga visitante. Pero el Pontevedra, de nuevo con el balón como cómplice, volvió a apretar y crear peligro con Dalisson y Rufo como pesadilla para los compostelanistas que asistieron a una sucesión de ocasiones que bien pudieron suponer la sentencia al partido. Pero esta no llegaría, y por ahí comenzó a cobrar vida el Compos que no le perdió la cara al partido y aumentó sus ilusiones cuando llegó el primer gol de Giuliano en el 74. Con más de un cuarto de hora por delante, sonó la corneta y el equipo santiagués apabulló a un Pontevedra que pareció quedar en shock viendo peligrar su triunfo. Así ocurriría, pese a que con los cambios agotados, el equipo de Permuy se quedaría con diez hombres al lesionarse Giuliano y abandonar el terreno de juego entre lágrimas. Colgando balones, con un fútbol directo y en inferioridad, los blanquiazules obtuvieron el premio que buscaron en el minutos noventa y cuatro: le cayó el balón en el área a Manu Rivas para conectar una volea que envió el balón a la escuadra de un Edu Sousa que nada pudo hacer. El delirio en el césped y en la grada, y un punto de vida para el Compostela.