La magia de los libros para bebés y primeros lectores: el mejor regalo desde el nacimiento

A Coruña

En un mundo dominado por las pantallas, los libros infantiles siguen siendo esenciales para el desarrollo emocional, lingüístico y creativo de los más pequeños. Esther Gómez, de Moito Conto, profundizó en la importancia de introducir la literatura desde la primera infancia y en cómo construir una primera biblioteca que acompañe al niño desde su nacimiento.

Un regalo que no caduca

Regalar libros a un recién nacido es una tradición cada vez más habitual. Esther lo explica con claridad: los libros no pasan de moda, no cambian de talla y siempre crecen con quien los lee. En Moito Conto elaboran las conocidas “cestas de nacimiento”, que pueden contener desde tres hasta una docena de títulos seleccionados según la edad y las necesidades del bebé.

Estas primeras bibliotecas se convierten en un recuerdo para toda la vida. El libro acompaña, emociona y permanece, algo que pocos regalos consiguen.

La voz como primer refugio narrativo

Antes de leer palabras, un bebé escucha la voz. La música, el ritmo, las pausas y las repeticiones se convierten en su primera experiencia literaria. Colecciones como De la cuna a la luna, de la editorial Kalandraka, entienden esa magia y ofrecen textos e imágenes pensados para estimular los sentidos más primarios.

Para un bebé, que le lean no es recibir una lección: es sentirse acompañado. La historia se convierte en un acto afectivo, un ritual que crea vínculo y seguridad.

Libros frente a pantallas: un debate necesario

Durante el programa surgió un ejemplo que impacta: ya existen sillas de paseo con soporte para móvil integrado. Normalizar la presencia de pantallas en bebés puede convertirse, en unos años, en motivo de sorpresa o incluso preocupación, igual que hoy nos escandalizan escenas antiguas de doctores fumando mientras atienden a pacientes.

Los libros ofrecen el contrapunto: estimulan la imaginación sin saturar al cerebro, permiten adquirir lenguaje a su ritmo y fomentan la atención sostenida. Son una herramienta natural para que el niño explore el mundo de manera segura y pausada.

Repetición, ritmo y juego: así aprenden los más pequeños

Los cuentos para bebés funcionan porque entienden su manera de aprender. Las rimas, las repeticiones y las ilustraciones reconocibles generan familiaridad y seguridad. La literatura temprana no pretende enseñar explícitamente: los niños aprenden solos cuando la historia es buena.

Un ejemplo es Bebé, que acompaña al pequeño desde las primeras etapas motrices hasta sus primeros pasos, utilizando un lenguaje simple y poético.

Libros que crecen con ellos

Entre las recomendaciones de Esther destacan títulos que funcionan como base de cualquier primera biblioteca:

• “De la cuna a la luna” (Kalandraka), ideal para bebés que comienzan a desarrollar lenguaje y ritmo.
• “Corre que te pillo”, de la editorial Combel, que introduce los medios de transporte de forma sencilla y atractiva.
• “Polo camiño”, un libro que invita a jugar con los números mediante imágenes y ritmo.
• “El pequeño Niko”, una historia para lectores algo mayores sobre la identidad y la búsqueda del propio lugar en el mundo.

Son libros que no solo entretienen, sino que acompañan el crecimiento emocional y cognitivo del niño.

Cantar, contar y perder el miedo a teatralizar

Muchos adultos sienten pudor al leer en voz alta o al cantar. Sin embargo, para los niños esto no tiene ninguna importancia: lo valioso es el momento compartido. Cambiar la voz, tararear o exagerar gestos convierte la lectura en un pequeño espectáculo íntimo.

Además, la comunicación debe ser bidireccional. Preguntamos mucho a los niños qué hicieron en el colegio, pero olvidamos contarles también nuestras propias historias. La literatura oral ayuda a construir esa ida y vuelta.

Un futuro que empieza en un libro

Los libros para bebés no son un mero entretenimiento. Son un puente emocional, una herramienta de aprendizaje y una forma de ralentizar un mundo cada vez más acelerado. Crear una cesta de nacimiento, escoger buenos títulos y dedicar unos minutos al día a contar historias es un regalo que acompaña toda la vida.