La locura y los inventos de la familia Millás

Valencia

“Mi padre tenía un taller de aparatos de electromedicina...” Así arranca la autobiografía novelada de Juanjo Millás. En las páginas de El Mundo, y en la radio, ha recordado muchas veces ese taller y cómo su infancia estuvo ligada a la ferretería. Los tornillos, los olores de grasa y los tapones del dentífrico.

Hasta el 23 de Octubre, en su Valencia natal, se puede visitar una exposición dividida en dos partes. Una más cultural en el Centro Cultural la Nau bajo el título: “La nave de los locos. Una odisea de la sinrazón”, comisariada por el psiquiatra Cándido Polo, que nos relata cómo los locos han sido demonizados y venerados según la época, por qué se construyó en Valencia el primer manicomio o cómo la caridad cristiana aprendió mucho de la del Islam.

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Y otra más médica en el Palau de Cerveró. ‘La piedra de la locura. Una historia de la terapéutica psiquiátrica’, comisariada por el también psiquiatra Enric Novella. Con los dos recorremos una historia de siglos en la que, ante la incomprensible enfermedad de la mente, se han utilizado tratamientos y terapias salvajes: trepanaciones, drogas, lobotomías, camisas de fuerza, convulsiones inducidas y tratamientos de electroshock.

Los hermanos Millás Mossi, padre y tío de Juanjo, abrieron un taller en el que construían aparatos de electricidad alterna y continua “que barrían las neuronas como una mano un campo de trigo”. En los años 50 y 60 todas las máquinas de electroshock que se utilizaban en España salían de esas manos. No todos los Millás se enorgullecen de ese mérito. En el reportaje escuchamos las diferentes opiniones sobre esta práctica y los recuerdos de infancia del escritor.

Nota: Sobre salud mental y la necesidad de aunar ciencias y humanidades, la Fundación Manantial celebra unos cursos en el Palacio de la Magdalena en Santander en los que participa Juan José Millás

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