Colombia se encamina a la paz a través de la asimilación del horror

La Comisión de Esclarecimiento de la Verdad en Colombia acaba de publicar su informe final en el que recoge y analiza los testimonios de 20.000 personas involucradas o afectadas por el conflicto que sufrió Colombia durante cinco décadas. Una compilación de horrores para que se sepan y no se vuelvan a repetir.

En su presentación en Bogotá, estuvo presente Rodrigo Londoño, alias Timochenko, ex líder de las FARC, para reconocer los secuestros y crímenes de guerra cometidos por la organización. También se escuchó el testimonio de un ex alto cargo de la policía explicando la humillación que recuerda haber sufrido por las cadenas que le ataban al cuello sus atacantes.

Desde la Comisión de la Verdad han trabajado para ofrecer “un relato incluyente con muchas voces y experiencias, memorias fragmentadas y, a veces, memorias defensivas”, explica Carlos Beristain, uno de los dos comisionados que han participado en la elaboración del informe. Para ello han conversado con víctimas de todos los lados del conflicto y responsables que han reconocido su participación. Una conversación colectiva a través de testimonios, actos de reconocimiento, entrevistas privadas y otras con dimensión pública, “porque esa verdad también es para la sociedad, no solamente para las víctimas”.

Todo esto, dice, ayuda a explicar “por qué Colombia es el conflicto más largo de América Latina, una guerra que todavía se niega a ser pasado y un conflicto abierto con el ELN”. Aunque también señala que hay un escenario de esperanza y transformación, “un cambio de ciclo político”. Ahora lo que espera es que se haga el correcto trabajo de seguimiento tras la publicación del informe para que la verdad sea asimilada.

Para contribuir a una “memoria incluyente” que no busque en la victimización del de enfrente un enemigo, Beristain cree que el país debe hacer un ejercicio de humanización y asunción de responsabilidades, porque “las víctimas de los diferentes lados del conflicto armado también han visto cómo sus experiencias han sido negadas, perseguidas”. De hecho, el informe le dedica un capítulo al más de un millón de personas que tuvieron que huir al exilio.

La inclusión del exilio como forma de victimización es algo novedoso, destaca Angélica Padilla, participante en la elaboración del informe. Para recoger los testimonios realizaron grupos de trabajo en 24 países. Uno de esos grupos es el de Euskadi, en el que colaboró Padilla. De su experiencia subraya la invisibilización de las víctimas exiliadas por haberse “salvado” del conflicto, especialmente las que emigraron a Europa.

El 20% de de la población colombiana, más de 9 millones de personas, ha sido víctima directa del conflicto armado. Más de 1.400 líderes comunitarios han sido asesinados en estos años.

Ahora ”la paz es un camino irreversible”, dice Carlos Beristain, quien cree que la sociedad está preparada para luchar por ella y no dejar que se le escape. El reto es enorme, en palabras de Angélica Padilla, porque el horror de la guerra relatado en el informe debe ahora trasladarse tanto dentro como fuera de Colombia y “que eso no conduzca a la venganza sino a la no repetición”.

Para Padilla, las condiciones políticas actuales, tras la llegada al poder del izquierdista Gustavo petro y su vicepresidenta, la afrodescendiente Francia Márquez, son más propicias para lograr la reconciliación y construcción de la paz que busca la Comisión de la Verdad y para lo que será también necesario el apoyo de la comunidad internacional, añade Berastain.