La Hora Extra: Safo y Rosalía se adueñan de un verano lleno de festivales

Las primeras semanas de julio están llenas de conciertos, festivales y con estrellas del pop. Rosalía ha arrancado su gira en Almería y recorrerá España para presentar Motomami, uno de los discos del año o, por lo menos, uno de los que más análisis ha suscitado. La cantante catalana es la gran artista de la música española, pero mucho antes que ella, en la Grecia clásica, ya tuvimos una pop star.

La poeta Safo, pionera en mostrar el deseo femenino, no solo escribía, sino que representaba sus textos en grandes eventos y conciertos, con un coro, con música y con el fervor del público en la antigua Grecia. Y eso es lo que han querido resaltar la directora de escena Marta Pazos y la cantante Christina Rosenvinge en uno de los espectáculos más esperados del Festival de Teatro Clásico Mérida.

"Me une a ella que formo parte de la estirpe que ella inauguró que es la estirpe de las cantautoras. La hemos conocido como poesía escrita, pero su poesía nació cantada. Es poesía lírica anterior al pergamino y no se quedó escrita hasta años después de su muerte. La forma en la que trascendían sus canciones era de boca oreja. La gente las aprendía y las cantaba. Era el equivalente a una pop star ahora mismo, que tuvo una enorme popularidad y que tuvo su cara impresa en las monedas. Ella inventó la púa de una guitarra, que usaba para la lira, para que el sonido llegara más lejos", explica la cantante a la Cadena SER.

Safo era una de las poetas más importantes de la Grecia antigua. Nada de suicidio por amor ni mujer torturada en este retrato escrito por la dramaturga María Folgera. "Era una anomalía en su época. No hay otras mujeres que ocuparon ese lugar. Parte del motivo es que ella no estaba ni Atenas ni en Esparta, sino en Lesbos, un lugar periférico que tenía más libertad y más relación con otras culturas", añade Rosenvinge sobre un espectáculo, un estreno absoluto de Mérida, irá después al Festival Grec de Barcelona, De ahí al de Sagunto para acabar finalmente temporada en los Teatros del Canal de Madrid en otoño.

Los festivales de teatro, lo analizábamos la semana pasada, están dando ritmo a las artes escénicas este verano. Mientras que los festivales de música están siendo los grandes eventos estivales tras la pandemia. Lo cierto es que a Madrid le ha costado tener un festival que se consolidase, pero el Mad Cool, que se ha celebrado este fin de semana, está logrando ser el gran reclamo musical de la capital, pese a las colas con el trasporte. Se ha celebrado en paralelo y casi en competición con el BBK Live en Bilbao. Ambos han compartido cartel, The Killers, Placebo… y un mismo espíritu el de ir incluyendo a más mujeres artistas y convirtiendo la música de nuevo en el espectáculo del verano.

Uno de los grupos que está de gira por conciertos y festivales en España es Molotov. Los mexicanos presentan nuevas canciones como No olvidamos, un alegato contra todos los presidentes que ha tenido México en estos 27 años en los que la banda lleva haciendo rock reivindicativo, no exento de polémicas y cancelaciones, por su tema Puto, considerado homófobo, aunque ellos siempre han defendido que no tenía esa connotación.

De México nos vamos a Colombia, con otro estilo completamente diferente, pero con otro artistas que ha ido modernizando la cumbia y el vallenato. Es Carlos Vives, precursor de esa nueva música latina que yo es número uno en todo el mundo. El músico abraza a estos nuevos artistas y no duda en hacer duetos incluso con Camilo, la nueva estrella de su país. "Me llama la atención que estos jóvenes quieran hacer cosas conmigo, eso significa que yo de alguna manera si estoy en su historia de la música. Mi primer concierto grande, aquí en Madrid en Las Ventas, coincidió en el 94 con su nacimiento en Medellín. Creo que estamos conectados y, en esa cultura de ellos, el ballenato fue algo importante y eso es lo que les conectó conmigo. Yo aprendo mucho de ellos, traen cosas nuevas los jóvenes", cuenta el artista en una entrevista en la SER.

Su música ha ido convirtiéndose cada vez en más política y reivindicativa, mostrando las desigualdades en Colombia, la violencia y también defendiendo la naturaleza y el ecologismo, como nos contaba. "Hay la oportunidad ahora de que llegue un gobierno y nos entienda y trabaje para todos. Eso no ha sido común en Colombia. Hay mucha gente dolida, olvidada. Tenemos que trabajar para ellos y para todos, porque solo así podemos sacar el país adelante. Uno siempre tiene la esperanza de que con la llegada de un nuevo presidente se haga una política perfecta para los colombianos".

El baloncesto como manera de contar la historia reciente de un país o de cómo funciona el capitalismo. Eso es lo que hace una de las series de la temporada, Lakers, tiempo de ganar, en HBO Max. Protagonizada por Adrian Brody y John C. Really y escrita por Adam Mckey, cuenta en tono de comedia el auge y caída del equipo de Los Ángeles, los Lakers; pero a la vez es un retrato de la América de las últimas décadas. Precisamente el baloncesto es el punto de partida de Run, obra de José Padilla, que se ha estrenado en los Teatros del Canal y que a través de un partido en China de los Lakers en plena pretemporada genera todo un conflicto diplomático entre su país Estados Unidos y el gigante asiático.

El Teatro Real cierra temporada viviendo un hecho casi inédito, al menos desde su inauguración, hace ya un cuarto de siglo, y es que el coro del Real ha sido recibido con un vis tras el estreno de Nabucco, de Verdi. Una ópera símbolo del Risorgimento italiano que será cierre de esta temporada. Nabucco tiene, una cierta relación con nuestro país y, de modo especial, con el Teatro Real. Se dice que sonó en las pruebas acústicas del Real antes de su apertura, en 1850. Se representó por vez primera en 1853 y se interpretó por última vez en 1871, por lo que su presentación actual cubre un vacío de 151 años.

Tenemos también recomendaciones literarias, como la que protagoniza Jorge Sempún. El escritor, guionista, superviviente del nazismo y el fascismo, ex ministro de Cultura es uno de los protagonistas de Ivo y Jorge, una novela de Patrcik Rotman, que ha editado Tusquets y que cuenta en paralelo las vidas de dos amigos, Semprún y el cantante francés Ives Montant. Del hogar burgués y republicanod del español, a la pobreza en la que pasó su infancia el músico y actor o los años de lucha antifascista y comunista en París. Un retrato de los acontecimientos más importantes de la historia reciente europea.