Entre charcos y spoilers

Madrid

Ha sido muy perturbador ver posar a Feijóo, González Pons, Rajoy y Almeida bajo un cartelón que decía El Escaño de Satanás. Pero no tanto como ver posar sola bajo el mismo cartel a Esperanza Aguirre. Fue un revival a lo bestia. Estaba allí todo el PP unido por una historia de política y terror, lo cual quiere decir que Felipe González Pons es un cachondo. Menos mal que Rajoy, que siempre habla como si estuviese delante de un brasero, empezó a calmar las aguas diciendo, ya sabes, una cosa es predicar y otra dar trigo. Dijo "Chisgarabís". En plural, incluso, dijo "Chisgarabises". Dijo también "Algunas cosas son ciertas en este libro". O no. O quizás sí. Se empapó de Rajoy, se puso el uniforme de Rajoy. Horas antes, González Pons le llamó el Ken Follet español. Yo rezo porque Rajoy sepa pronunciar bien ese apellido, porque a saber qué piensa que le está llamando González Pons. Y fue muy tierno porque en su ánimo de no meterse en charcos, de hecho leyó su discurso y había muchísimos medios, se dedicó a contar el libro. Y al esquivar todos los charcos, cuando se quiso dar cuenta, había contado ya el libro entero. Lo cual demuestra que en su afán de esquivar a veces el escándalo, Rajoy es capaz de fabricar uno mayor, invisible, sutil. Dijo González Pons al final que escribirá todos los libros que pueda para que se los presente Mariano Rajoy. Visto lo visto, también puede encargarse Rajoy del audiolibro.