Síndrome del impostor: una psicóloga explica las claves del problema que afecta a Dani Martín

Madrid

Hace tres días el músico Dani Martín compartió en sus redes sociales una reflexión sobre la otra cara del éxito de un artista, un mundo de presiones, miedos y autoexigencias. "Soy una persona con tendencia a engordar, con ansiedad, con dificultad para concentrarme y ser capaz de aprender a tocar un instrumento musical de manera que yo considere correcta. Tuve una banda de éxito. He escrito un montón de canciones que forman parte de la vida de algunas personas. A veces estoy delgado y otras hinchado. Emocionalmente no soy una persona muy equilibrada, sufro mucho", ha compartido el cantante.

En el texto publicado en Twitter aparece el término "síndrome del impostor". Muchas celebridades sufren este problema: Amaia Romero, Jaime Lorente, Meryl Streep, Emma Watson... La psicóloga del Colegio de Psicólogos de Madrid y doctora en Neurociencia, Ana Asensio, ha atendido este lunes a La Ventana para explicar en qué consiste.

¿Qué es el síndrome del impostor?

Asensio define el síndrome del impostor como un fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen no se sientan a la altura de las circunstancias o que no se sientan capaces de aceptar lo que han obtenido con sus logros. "Estás siempre criticándote, siempre juzgándote", cuenta. Asensio explica que el 70% de las personas sufren este tipo de síndrome pero que en el mundo de los artistas el porcentaje es mucho mayor "porque hay más exposición y más evaluación".

Según la psicóloga, el síndrome del impostor afecta a personas de carácter perfeccionista, exigente y con metas muy elevadas. Esa exigencia acaba convirtiéndose en el mal de su vida. "Hay mucho miedo a fracasar y a perder el control", argumenta. Asensio opina que la reflexión de Dani Martín apunta más "a una racha puntual que está viviendo ahora que a su trayectoria". "Todo el mundo tiene un impostor dentro que en un momento dado viene", asegura. Asensio cuenta que una de las estrategias que utilizan en terapia es que las personas acepten internamente que si son unas impostoras, no pasa nada por ello.

Un constructo mental

El síndrome del impostor afecta a todos los aspectos de la vida de una persona, no solo al laboral. Puede afectar a lo que una persona piensa que es como progenitor, como pareja, como compañero, como amigo... "Detrás de él hay miedo, culpa y tristeza", afirma.

"El ser humano tiende a compararse con los demás", cuenta Asensio. La psicóloga asegura que lo realmente válido es que cada persona se compare consigo misma pero que las redes sociales facilitan mucho mirar al otro.

Del síndrome del impostor se puede salir porque es "un constructo mental, una percepción de la realidad distorsionada". "Al final todo el mundo ha hecho cosas dignas de ser honorables", argumenta.

El síndrome del narcisista

Frente al síndrome del impostor existe el síndrome del narcisista, que se presenta cuando una persona nunca se plantea si sus actos tienen valía porque todo lo que hace es perfecto.

Esta patología lleva tipificada desde 1978, en la época en la que las mujeres empezaban a ocupar cargos ejecutivos. Asensio opina que el síndrome del impostor puede servir como terapia: "cuando uno mira de frente al miedo, este se desvanece".