La cabalgata emociona a miles de niños

Zaragoza

Como no podía ser de otra manera, la víspera al día de Reyes ha sido mágica. En las calles de Zaragoza se podía respirar ilusión, nerviosismo e inocencia.

A primera hora de la mañana, la niebla anunciaba la llegada de Sus Majestades los Reyes Magos y, al ver el maravilloso día que estaba por venir, ha decidido acompañarnos para el resto de la jornada.

Estaba previsto que la cabalgata comenzara a las 18 h, pero la emoción por ver a Melchor, Gaspar y Baltasar era tan grande que unas horas antes ya había niños esperando con sus butacas para verlos en primicia.

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Los Reyes Magos no se rinden

Aunque los Reyes Magos tenían previsto llegar al Estadio de la Romareda montados en su helicóptero, la intensa niebla ha impedido que aterrizaran. Sin embargo, no estaban dispuestos a faltar a su cita en la Romareda y, pese a todos los inconvenientes, han hecho todo lo posible para llegar al estadio donde 9 000 personas esperaban su llegada.

Por esta razón, los Reyes Magos han comenzado el recorrido unos minutos más tarde, a las 18:13. Una gran estrella ha encabezado la cabalgata, abriendo paso a las 16 compañías de teatro, música y danza. Aunque la niebla ha permanecido como una protagonista más, las sonrisas de los más pequeños han iluminado todo el trayecto.

Las calles estaban completamente abarrotadas, ni mayores ni pequeños querían perderse el espectáculo visual que comenzaba ante sus ojos.

De las diferentes partes de la cabalgata, algunas de las más llamativas han sido la del universo de Star Wars donde Luke Skywalker, Chewbacca o R2-D2 han estado presentes, también las patinadoras, las marionetas con bailarinas, robots, sirenas y un soldadito de plomo.

Los emisarios reales, montados en su propia carroza, han estado acompañando a los Reyes Magos durante todo el recorrido para que ningún niño bueno se quedara sin poder enviar su carta. Además, para aquellos que no se han portado tan bien este año tenían prevenido un gran tren repleto de carbón.

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Vuelta a la "normalidad"

La música ha contagiado a familias enteras que bailaban al ritmo de la charanga. Esta ha sido la primera cabalgata sin restricciones desde hace 3 años, sin embargo, no todo ha vuelto a la “normalidad”: los caramelos, ese dulce tan codiciado que llena bolsillos este día, no han sido repartidos y las mascarillas han sido un elemento más, junto con los gorros, los guantes y las bufandas.

El dorado, la purpurina y el brillo han terminado de dar ese toque mágico a esta tarde tan especial.

Un año más los Reyes Magos nos han enseñado una valiosa lección: aunque la niebla impida ver el final del recorrido, al menos, siempre podremos ver lo que tenemos más cerca y a los que tenemos más cerca.