Cómo llegó un monasterio segoviano del siglo XII a Miami
Y esto cómo se hace… porque una escultura la compras, te la envuelven y te la llevas. ¿Pero un monasterio? Pues en plan Ikea
Un monasterio cisterciense del siglo XII en Miami
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Madrid
Dejamos pendiente dar una explicación coherente a por qué en Miami, esa ciudad que está abajo del todo de la península de La Florida, en Estados Unidos, haya un monasterio medieval, cisterciense del siglo XII, encima segoviano, si por allí no pasó un europeo hasta el siglo XVI. Y esto enlaza directamente con la pregunta que estuvisteis haciendo sobre qué película elegiríamos para ver si solo pudiéramos ver una. Yo dije "Ciudadano Kane", de Orson Welles, inspirada en la vida del magnate y mangante empresario periodístico William Randolph Hearst, un tipo sin escrúpulos, manipulador, obsesivo, con un peculiar síndrome de Diógenes acaparador, no de basura, sino de obras de arte. Comprando a tuntún sin saber lo que compraba y sin ver la mitad de las cosas que compraba.
Él, el ciudadano Kane al que da vida Orson Welles con el guion que hizo Herman Mankiewicz, es el culpable de que haya en Miami un monasterio anacrónico, fuera de su tiempo. Hay una escena en la película “Mank”, donde se cuenta el proceso de guionización y rodaje de "Ciudadano Kane", en la que alguien dice: "No puedes plasmar la vida de un hombre en dos horas. Lo único que puedes hacer es crear una impresión de ella". Pues eso vamos a hacer, solo dar la impresión de lo descontrolado que estaba este hombre en su carrera por acumular arte: pintura, escultura, artesonados, edificios enteros, como el monasterio que luce ahora en Miami. Y esto cómo se hace… porque una escultura la compras, te la envuelven y te la llevas. ¿Pero un monasterio? Pues en plan Ikea.
Primero hubo que desmontarlo
Piedra a piedra. Todo se desmontó. Los muros de sus corredores, su claustro, sus bóvedas, su sacristía… todos los avíos con los que cuenta un monasterio. Pero lo de este convento fue un drama. Y además Randolph Hearst no lo vio montado. El origen de todo está en el norte de la provincia de Segovia. Allí hay un pueblo que se llama Sacramenia, y en el año 1141, siglo XII, se construyó un pedazo de monasterio románico que fundó Alfonso VII de León, y allí vivieron los monjes hasta que en el siglo XIX llegó la famosa desamortización de Mendizábal, que antes de ser una desamortización fue un señor que se llamaba Juan. Lo llamaban Juan y medio porque era muy alto.
Decreto desamortizador Mendizábal
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El monasterio se desamortizó, se le expropio a la iglesia, se vendió, y lo compró un tipo que estuvo usándolo como granero y establo. Hasta que en los años veinte del siglo XX apareció por el pueblo, por Sacramenia, el representante de William Randolph Hearst, que lo compró, lo desmontó y se lo llevó. En realidad, de esto se encargó un equipo de arquitectos y albañiles, porque Hearst no reparaba en gastos, que desmontaron el monasterio piedra a piedra. Fueron unos chapuzas tremendos, ya verás. En total desmenuzaron el monasterio en 35.784 bloques, lo embalaron en diez mil y pico cajas y las embarcaron camino de Nueva York, para luego llevarlo a California. Hasta aquí los planes.
No llegó a California
No solo no llegó a California, es que se quedó confiscado en Nueva York, porque las autoridades sanitarias estadounidenses vieron que esas piedras venían embaladas en cajas con paja, prohibieron desembarcar el monasterio. En España había una epidemia de fiebre aftosa del ganado, y en esa paja podía venir el virus. La fiebre aftosa es muy contagiosa y no estaban dispuestos a que el virus se les colara en Nueva York. Así que decretaron una cuarentena de tres años. Y llegamos al crac del 29, a la gran depresión, que también hizo que se deprimiera Randolph Hearst, y empezó a irse a la ruina. Había comprado tantas cosas y tan a lo loco, que de lo último que se acordaba es que en el puerto de Nueva York había un monasterio segoviano desmontado. Las diez mil cajas con el monasterio desmontado fueron a parar a dos naves industriales en Brooklyn, donde el mangante iba acumulando todo lo que no le entraba en su mansión o lo que no sabía qué hacer con ello.
Randolph Hearst se muere en 1951, y cuando los hijos van a esas naves, dicen… y qué hacemos con todo esto. Pues pulirlo. Una escultura podía ser fácil de vender, pero a ver cómo colocas los 35.000 pedruscos de un monasterio segoviano. Llegaron a un acuerdo con unos grandes almacenes a ver si piedra a piedra vendían algo, pero qué va… a lo mejor vendieron un capitel para poner un cristal encima y hacerte una mesa… pero poco más. Como eso no era negocio, al final sacaron el monasterio a subasta y lo compraron dos tipos de Miami por 19.000 dólares.
Los yanquis nos birlan La Florida
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Aquello no había forma de encajarlo
Sí, había planos de cómo hacerlo. Maremía qué planos. Y sí, las piedras iban numeradas. Maremía qué numeración. Aquello no había forma de encajarlo, porque aquel monasterio se había desmontado en un pueblo de Segovia hacía casi cuarenta años, había hecho un viaje trasatlántico, guardado una cuarentena, esperado noticias en unas naves, trasladado a unos grandes almacenes, vuelto a embarcar, vuelto a desembarcar… ¿y ahora esperaban que no faltara ninguna pieza? Vete a saber las cajas que se habían perdido, los capiteles que se habrían vendido…
Dos años se tiraron montando el monasterio, y pocos me parecen. Y millón y medio de dólares tuvieron que emplear en ponerlo en pie. Lo barato, como siempre, salió caro. Eso sí, les quedó monísimo cuando terminaron de apañarlo, y quedó estupendo aquel monasterio del siglo XII en mitad de un barrio residencial de Miami. Que siempre puedes presumir con los de la otra urbanización. Si te dicen, tenemos un club social que nos ha hecho Calatrava, siempre pueden decir… bah… nosotros tenemos un monasterio cisterciense del siglo XII, que nos ha salido más barato, seguro, y mejor rematado.
Y ahora, ¿monasterio o adorno?
Se usa. Dan sus misas y sus cosas. En el año 1964 lo compró la diócesis de Florida para establecer una nueva sucursal de la multinacional para las reuniones de sus clientes. Pero también pasan por allí unos 15.000 turistas al año para visitar unas instalaciones que sus propietarios enseñan con mucho orgullo presumiendo de un monasterio español medieval de antes de Colón, seguramente ante la sorpresa de alguien que pensará… hay que ver qué bien se les daba el románico en Florida hace once siglos, que ni siquiera había nacido Colón.
Otras extravagancias de Hearst
También se compraba castillos. Hay una anécdota de cuando aún estaba casado con su esposa, con Verónica Willson, y que le dijo, "Querida, acabamos de comprarnos en Gales un castillo normando". Y preguntó ella "¿Normando? ¿quién es Normando?". En cualquiera de las dos películas que hemos mencionado al principio, "Ciudadano Kane", la de Orson Welles, y "Mank", más reciente, de 2020, el espectador puede hacerse una idea de lo desquiciado que estaba este hombre. Por cierto, Ciudadano Kane tiene un gazapo gordísimo, del que advirtieron a Orson Welles, pero que decidió dejarlo porque se le fastidiaba el guion. No lo digan. Que es divertido averiguarlo.
Cuando llegó el desastre bursátil del 29, Hearst tuvo que vender sus periódicos, su arte, sus propiedades… y se retiró a su castillo de San Simeón, en California, a escribir guiones de cine para su novia Marion Davis, y allí es donde va Mankiewicz a hacer el guion de Ciudadano Kane. La escena final de esta película… cuando se va abriendo el plano con lo que tenía acumulado este hombre, es historia del cine. Hay un diálogo de unas personas que están haciendo inventario y una le dice a otra, "En el hall hay un templo de Brunei y varios artesonados españoles. Y parte de un castillo escocés".
Una locura de castillo. Se visita, se alquila para vídeos… Lady Gaga ha rodado allí. Y nos quedamos sin tiempo para contar todo lo que se llevó, no del mundo, sino de España. En los techos de las estancias más principales hay artesonados de Palencia, de Barbastro, de Teruel… En la fachada principal hay dos medallones de San Pedro y San Pablo que vendieron del convento de San Marcos de León, ahora parador Nacional… en el comedor está la sillería de la catedral de la Seo de Urgell, la de Lleida… un pastiche.
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