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10 películas para celebrar el 1 de mayo

Que la primera película que rodaron los hermanos Lumière fuera La salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon no es casualidad. Una de las principales misiones del cine es describir la vida. Y el trabajo forma parte fundamental de ella. Por eso hoy, 1 de mayo, queremos recordar diez títulos que hablan del mundo laboral y de los derechos de los trabajadores.

Al Descubierto

1936. Tiempos modernos de Charles Chaplin.

Con la última película que protagonizó el personaje de Charlot, Chaplin denunciaba la alienación laboral y los mecanismos que hacen de los trabajadores un engranaje más en el frío y mecanizado proceso de la industria. La imagen de Charlot arrastrado por las ruedas dentadas de una máquina es una de las más icónicas de la historia del cine y es que Chaplin quería poner en evidencia cómo el sistema de producción industrial acababa siendo un monstruo que devoraba a sus propios trabajadores.

1940. Las uvas de la ira de John Ford.

Con esta película, una de las más conmovedoras de la historia del cine, John Ford puso en imágenes una de las consecuencias de la gran crisis del 29: los millares de campesinos y agricultores que perdieron sus granjas y tuvieron que reconvertirse en trabajadores temporeros. Una situación de la que se aprovechaban los terratenientes y contratistas.

1948. El ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica.

Obra esencial del neorrealismo italiano que describe la durísima posguerra que vivió Italia. Incluso en los trabajos más precarios el trabajador debía mostrar cierto poder adquisitivo, como ocurre a veces hoy en día con los riders y repartidores. En este contexto, el que te roben la bicicleta se convierte en una auténtica tragedia.

1954. La ley del silencio de Elia Kazan.

En este caso los malos de la película no son los patronos sino los sindicalistas corruptos. Los estibadores de los muelles de Nueva York son explotados por un sindicato que utiliza métodos mafiosos para controlarlos.

1954. La sal de la tierra de Herbert J. Biberman.

La película se basa en un hecho real ocurrido en 1951 en una mina de Nuevo México. Los trabajadores de origen mejicano recibían sueldos inferiores a los de los obreros de origen anglosajón, lo que provocó una huelga que la empresa intentó dinamitar con una orden judicial. Fue ahí donde entraron en juego las mujeres de los mineros que no solo se pusieron el frente de la huelga sino que añadieron a sus reivindicaciones las mejoras sanitarias en las viviendas de la empresa que habitaban. La sal de la Tierra fue una película que tuvo que afrontar muchos problemas durante su rodaje ya que tanto su director como el guionista, el productor y uno de los protagonistas, el actor Will Geer, figuraban en la “lista negra” del Comité de Actividades Antiamericanas del senador McCarthy.

1971. La clase obrera va al paraíso de Elio Petri

Esta película, ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes, cuenta la historia de un obrero modelo, al que da vida Gian María Volonté, que tras sufrir un accidente laboral ve como su empresa empieza a darle de lado. Pero el protagonista no está ya de acuerdo, decide sindicarse y, a partir de ese momento, se convertirá en el cabecilla de la lucha contra el ritmo frenético de producción que impone el trabajo a destajo.

1976. Novecento de Bernardo Bertolucci.

El director italiano se propuso con su película hacer un recorrido por la historia de su país durante la primera mitad del siglo XX. Asistimos al ascenso del fascismo pero también de los movimientos obreros y campesinos.

1979. Norma Rae de Martin Ritt.

Gracias a esta película de uno de los directores americanos más comprometidos con los temas sociales, como era Martin Ritt, Sally Field ganó el Oscar a la mejor actriz. La película cuenta la historia de una trabajadora de una fábrica textil que se propone fundar un sindicato que una a todos los obreros, sean de la raza que sean.

1993. Germinal de Claude Berri.

Adaptación de la famosa novela de Emile Zola que contaba las duras condiciones de vida de los mineros en la Francia del siglo XIX. La explotación que sufren hará que los trabajadores se unan y comiencen una gran rebelión.

1998. Mi nombre es Joe de Ken Loach.

No podíamos terminar esta selección sin una película de Ken Loach, el director más reivindicativo y social de las últimas décadas. Podíamos haber elegido varios de sus títulos como Riff raff, Lloviendo piedras, Yo, Daniel Blake u otras, películas todas ellas que describen con humor y mucha crítica corrosiva la vida de las clases trabajadoras británicas. Hemos elegido Mi nombre es Joe en la que Peter Mullan interpreta a un obrero en paro que sobrevive como puede con trabajillos ocasionales de la economía sumergida.

 
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