"Tuve que quitar los comentarios": el plato tradicional de Anna Recetas Fáciles que algunos adoran y otros rechazan

Madrid

Anna Recetas Fáciles se ha convertido en una inspiración para millones de personas. Basta con leer los comentarios que sus seguidores dejan en todo lo que publica. La gente adora su talento a la hora de cocinar (y de enseñar a los que no saben), pero también su sencillez, su naturalidad y su persistencia. No en vano, ya lleva 10 años compartiendo recetas. La más exitosa de todas, la del bizcocho: ¡más de 30 millones de visualizaciones en YouTube!

Tal y como ha explicado en la entrevista concedida a Gastro SER, Anna Terés (así se llama) vive en Logroño, pero ella es de Castelló de Farfanya (Lleida), por lo que adora especialidades de la zona como las cocas de recapte o los panadons de Semana Santa que preparan en las panaderías de su pueblo, y también los caracoles, que es el producto más emblemático de la Terra Ferma.

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La gran fiesta gastronómica de Lleida, de hecho, es el Aplec del Cargol. Un evento multitudinario que, a finales de mayo, reúne a miles de personas alrededor de un plato que, en realidad, acepta muchas variantes. En L'art de menjar a Catalunya, por ejemplo, Manuel Vázquez Montalbán incluye 11 recetas distintas: en buñuelos, con compañía, a la petarrellada, a la Ballonesta, al estilo carretero, al estilo de Boada, a la brutesca, con salsa roja, con romesco, guisados y ahogados.

¿En ayunas o "llenos de mierda"?

En otra obra fundamental de la gastronomía del siglo XX, El que hem menjat, Josep Pla asegura que Cataluña es "un país devorador de caracoles" y que, aunque en Francia los prefieran "llenos de mierda", los mejores son los que han estado "en ayunas". El escritor de Palafrugell lamenta, además, que "antes no valieran nada y que ahora sean tan caros".

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Sea como sea, los caracoles han dejado de ser un producto de recolección silvestre. En España hay multitud de explotaciones ganaderas —muy silenciosas— en las que crían caracoles destinados a la alimentación humana. Además de en Cataluña, de hecho, también son muy populares en Castilla-La Mancha o Andalucía, entre otras zonas. En ciudades como Córdoba o Albacete, de hecho, son tan populares incluso se venden en pequeños quioscos callejeros.

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Pero los caracoles, como sucede con las ostras o con los insectos, también generan mucho rechazo. Una reacción que Anna Terés experimentó en primera persona hace unos años: "Hice un vídeo de caracoles y tuve que quitar los comentarios porque me decían que si me comía los caracoles del jardín o que era una asesina. Sé que es un alimento cultural que algunos sitios se come y otros no. Como no me gusta la polémica, ahora es un plato que solo se puede ver, pero no se puede comentar".

Paso a paso (con respeto)

Además de ser muy pedagógico, el tutorial de Anna Recetas Fáciles es muy respetuoso. El vídeo empieza con una explicación muy razonable: "Quizá en tu tierra no se suelan comer, pero nosotros los comemos tanto como podemos. Los vamos a recoger al campo y nos gustan bastante picantitos".

Luego, a lo largo de la receta, detalla cómo limpiarlos, examinándolos uno y cambiándoles el agua cuatro o cinco veces. A continuación los hierve y prepara el resto de ingredientes del guiso —cebolla picada y tomate troceado, básicamente— para luego terminar con el toque de picante. "Para nosotros es una fiesta comerlos", dice en la despedida.

Pero, efectivamente, el vídeo aparece en YouTube con los comentarios desactivados. En siete años ha acumulado casi un millón de visualizaciones, pero la ignorancia y la falta de respeto de algunos usuarios ha convertido a los caracoles en la única receta maldita de la cocinera a la que, con 14 millones de seguidores, sigue prácticamente media España.