Supersubmarina se abre en canal en el libro que cuenta su vida tras el accidente: "Me convertí en el hijo de puta más grande del mundo"
Fernando Navarro cuenta la historia del grupo en 'Algo que sirva como luz' y lo ha presentado junto a los cuatro músicos de Baeza este jueves en Madrid. La emoción ha estado presente durante todo el acto

Madrid
Un aplauso largo, muy largo, ha recibido a Supersubmarina este jueves en el Teatro Pavón de Madrid. Hacía ocho años que no se subían a un escenario juntos y esta vez lo hacían para presentar el libro que cuenta su historia, Algo que sirva como luz. Un relato que, como ellos mismos confiesan, se ha convertido en terapia tras el accidente de tráfico que truncó su carrera y su autor, el periodista Fernando Navarro, se ha ganado el título de "el doctor Fernando".
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Supersubmarina se abre en canal en el libro que cuenta su vida tras el accidente
"No os quiero ver tristes, no quiero lágrimas", pedía Juanca, el batería del grupo, nada más coger el micrófono, pero la emoción ha estado en el ambiente durante toda la presentación. El cariño hacia el grupo sigue intacto y ellos también necesitaban reencontrarse con eso: "Nos merecíamos ya ver a tanta gente que nos quiere". Por eso, el acto pronto se ha convertido en una "celebración de la vida", como Jaime ha definido.
El doctor Fernando era uno de los que más emocionado estaba y ha reconocido que en más de una ocasión, tras alguna de las más de 60 entrevistas que ha hecho el grupo, sus familias, los médicos y compañeros de la industria musical, se ha puesto a llorar al llegar al hotel. La historia de Supersubmarina es dura y es honesta y ahí está su grandeza. "Mi madre, antes de morir, me dijo una frase que no he olvidado y que se ha venido a mi mente muchas veces preparando este libro: "Acércate a la bondad y no te separes de ella" y yo en ellos y en esta historia veía bondad todo el rato", contaba el periodista. "Siempre hemos sido buenos chavales", reconocía Juanca en otro momento.
Supersubmarina es amistad y es Baeza. Esos dos conceptos son la esencia del grupo y eso hace que, pese a todo, sigan cohesionados aunque les haya constado un tiempo reconstruir sus pedazos. Este libro ha montado el puzzle para que ellos se entiendan mejor a sí mismos y los unos a los otros. Ahora, gracias a ese relato, también podemos acercarnos los demás a esos 8 años de silencio que han sido tan dolorosos.

Los integrantes del grupo Supersubmarina José, Juanca, Pope y Jaime durante la presentación del libro de Fernando Navarro 'Algo que sirva como luz', por Aimar Bretos / Rodrigo Jimenez

Los integrantes del grupo Supersubmarina José, Juanca, Pope y Jaime durante la presentación del libro de Fernando Navarro 'Algo que sirva como luz', por Aimar Bretos / Rodrigo Jimenez
La depresión de Jaime: "Si no fuera por toda esa gente que estuvo a mi lado insistiendo yo no estaría hoy aquí"
Físicamente, una de las piernas de Jaime (el guitarrista del grupo) se llevó la peor parte. En el libro cuenta que llegó a querer amputarse la pierna al no ver avances durante mucho tiempo. Fue sometido a 40 operaciones y aún así dice que sigue "hecha un ocho" pero puede caminar bien y se siente afortunado a día de hoy.
Lo más duro a lo que tuvo que hacer frente fue a una depresión y, con sus padres y su novia en primera fila mirándole, lamenta que lo pasaran tan mal por su culpa cuando estaba en "el pozo": "Lo han tenido que pasar muy mal porque veían que no podían hacer nada para sacarme de allí pero en realidad era imposible que lo hiciera sin su ayuda. Se me ocurrieron cosas muy fatídicas y lo único que me paró fue pensar en la gente que me quería. Si no fuera por toda esa gente que estuvo a mi lado insistiendo yo no estaría hoy aquí", ha sentenciado, reconociendo además que durante esa época se convirtió "en el hijo de puta más grande del mundo" y que trataba fatal a su entorno.
La recuperación de Chino
Chino, el cantante, es el que sufre mayores lesiones por el accidente. Debido al daño cerebral, tuvo que aprender a hacerlo todo —"andar, vestirme o lavarme los dientes"— y va recuperando la memoria poco a poco. No recuerda nada de los siete años anteriores a la tragedia. Redescubrió que había sido cantante gracias a vídeos de YouTube y ha vuelto a escuchar sus temas como si fuera la primera vez: "Hay canciones mejores y otras peores", reconocía entre risas.
A día de hoy sigue con rehabilitación. Su mano derecha sufre espasticidad pero cree que podrá tocar la guitarra como antes: "Ya me queda poco", decía ilusionado. Está convencido de Supersubmarina volverá: "Soy muy cabezón".

El cantante de Supersubmarina, José 'Chino', durante la presentación del libro / Rodrigo Jimenez

El cantante de Supersubmarina, José 'Chino', durante la presentación del libro / Rodrigo Jimenez
El sentimiento de culpa de Pope
Pope, el bajista del grupo, conducía en el momento del accidente. Estaban llegando ya a Baeza tras tocar en un festival de Cullera y relevó a su road manager porque tenía sueño. Todavía vuelve a él de vez en cuando "el pitido que se queda justo después del impacto". La culpa le acompañó durante un tiempo pero el cariño de sus compañeros siempre estuvo por encima: "Nunca tuve una mala reacción por parte de ellos", contaba. Jaime lo demuestra en directo: "Es que tú no tuviste culpa de nada. Conducías y pasó", le dice.
Pope pidió el alta voluntaria en cuanto pudo. La casa se le echaba encima y, aunque reconoce que el campo no le ha gustado nunca, volvió a trabajar en la recogida de la aceituna en los olivares de su padre. Al final siempre está presente Baeza. Cuenta que le costó mucho poder escuchar las canciones de Supersubmarina de nuevo. Era demasiado doloroso: "Saltaba las canciones en Spotify cuando me salían". Un día se reconcilió con esa parte y decidió disfrutar de lo que le dieron los mejores años de su vida.

Las ganas de Juanca por volver a tocar
Juanca, el batería del grupo, volvió a la música y formó junto a su hermano el grupo Melifluo, al que se acaba de unir Jaime. Estuvo en coma inducido 20 días e ingresado más de un mes y, en cuanto salió del hospital, se fue directo al local de ensayo para comprobar que podía seguir tocando. Durante un tiempo, mientras sus compañeros estaban enfangados en complejas rehabilitaciones, él pensaba que pronto todo volvería a ser como antes pero de repente llegó un baño de realidad: "Me di cuenta de que esto iba a ir para largo".
El director de Hora 25, Aimar Bretos, ha presentado el libro y ha querido saber cómo llevan la expectación que hay siempre sobre su posible regreso: "Quizá es algo que nos ayude. Más que pesarnos nos ayuda pensar que la gente espera de nosotros que hagamos algo. Lo que no sabemos es cómo ni cuándo podrá ser. Pero más que presión es un impulso", resumía Jaime. Al acabar la presentación, de nuevo, el teatro se ponía de pie para darles otro largo aplauso que se ha sentido como un abrazo conjunto de reencuentro.

Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...