"La escritura tiene efecto terapéutico": la iniciativa de un hospital de Barcelona para animar a sus pacientes a través de la literatura

«La Ventana de los libros» de este lunes ha estado dedicada a iniciativas hospitalarias dedicadas a mejorar la vida de los pacientes a través de la literatura. Tanto para las personas más mayores como las recién nacidas tienen derecho a disfrutar de la lectura para vivir mejor. Dos centros médicos muy distintos entre sí, el Hospital de Bellvitge de LHospitalet de Llobregat (Barcelona) y el 12 de octubre de Madrid cuentan con proyectos ejemplares que fomentan los libros entre pacientes de muy diferentes edades. En el caso del hospital barcelonés, la iniciativa creada por Antonia Castro, enfermera jubilada, lleva años alegrando la vida de diversos pacientes con un concurso de relatos improvisado y todo surgió de una frase que pronunció una vez alguien durante el turno de noche y se le quedó grabada a la sanitaria. «Una vez en un turno de noche vi a un paciente muy aburrido que me dijo: Menos mal que tenemos la tele. A mí eso se me quedó grabado en el cerebro. Un buen día pensé qué podíamos ofrecer y se me ocurrió decirles que escriban», cuenta Castro en «La Ventana». La enfermera explicó que la iniciativa consiste en que los pacientes escriban relatos para luego incluirnos en un libro que se regalaría al resto de ingresados en el hospital. «Empezó como algo experimetal y son ya siete años y cuatro libros», indica Castro, mientras se enorgullece de que haya «relatos de vida que hablan de la experiencia y su vivencia, pero también desde la emoción». Carles Francino ha tenido la oportunidad de poder leer uno de estos relatos en el programa y ha invitado a su escritora, Mercè, a que hable de ellos en antena. La paciente ha explicado que la enfermedad crónica que sufre (enfermedad de Crohn y Lupus) le obliga a estar ingresada muchas veces. Eso le ha permitido escribir varios relatos en los que habla de su propia existencia, pero reconoce que este último leído en el programa le recordaba mucho a su madre. «Era muy evidente ese lazo de la fragilidad del tiempo y la vulnerabilidad que cada uno de nosotros tenemos en cada instante, estemos enfermos o no», ha apuntado la ingresada. Para Mèrce, «la escritura tiene efecto terapéutico y sirve porque muchas veces nos acaba explicando qué es lo que nos pasa cuando empezamos una enfermedad y no lo sabemos. Hay relatos en los que hablo de mi experiencia y este no es una evasión, pero sí una distracción a otro momento». Para la paciente, la literatura «te abriga, te acompaña y es terapeútica». Estos proyectos literarios no son útiles solamente para los pacientes adultos, también ayudan a los recién nacidos. En el Hospital 12 de octubre de Madrid, la unidad de neonatología cuenta con una innovadora técnica para promover la lectura en voz alta de cuentos a bebés prematuros. El neonatólogo Salvador Piris ha estado este lunes en «La Ventana» para explicar esta herramienta a través del caso real de un bebé que lleva escuchando cuentos desde su primer día de vida. La historia de Almudena, una niña que nació a las 26 semanas de gestación (cuando la media está en 40) es especial. La pequeña tuvo que pasar varias semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital 12 de octubre de Madrid, donde escuchó los cuentos leídos por su padre desde el primer día. Él, anestesista de profesión, cuenta que la idea de Piris les ayudó mucho a superar los problemas de las primeras semanas de sus hija. «El hecho de que vengan los neonatólogos a decirte que les leas libros pone un poquito de normalidad a un escenario tran extraterrestre como la UCI. Te dan esperanza a pensar en cuando sea mayor», ha indicado el padre de Almudena, Javier Feito Sancho. Para Piris «hay una clara evidencia científica a favor de que la lectura de los cuentos de los padres en voz alta al recién nacido no solamente fomenta el vínculo y busca momentos de calidad entre padres e hijos, sino que desarrolla la percepción del lenguaje». El desarrollo cognitivo de Almudena ha evolucionado mucho desde sus primeras semanas en la unidad de neonatología. «Hoy en día tiene casi 3 años y habla por los codos, no tiene ningún problema o secuela», ha contado su padre, que explica que, al ser médico y «ponerse en el peor de los casos», se bloquea más en una situación como la que vivió con su hija. «Lo de los libros es maravilloso porque en un ambiente hostil puedes leer un libro como estuvieras en tu casa, te imaginas que no ha pasado nada. Es una maravilla», ha sentenciado Feito Sancho en «La Ventana».

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A raíz de la idea de una enfermera, el Hospital de Bellvitge lleva siete años publicando libros de relatos escritos por pacientes

Miguel Galindo

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