"No hemos podido salvar nada. Solo quedan las cuatro paredes": dos libreras valencianas cuentan cómo quedaron arrasadas por la DANA sus librerías

Madrid

Hoy es el Día de las Librerías. Unos espacios que son, junto a las bibliotecas, lo más parecido que existe a una farmacia para cuando, como ahora, estamos empachados y saturados de realidad. La libertad es una librería, decía el poeta Joan Margarit, y es también un refugio, un lugar lleno de otras vidas, otras miradas, otras historias.

Como ha contado Emma Vallespinós al arrancar La Ventana de los Libros, más de 2.700 librerías independientes mantienen viva la cultura del libro en ciudades grandes y pequeñas. El Mapa de Librerías de CEGAL revela que el 62% de quienes trabajan en estos espacios son mujeres, y que Castilla y León y Galicia lideran en cantidad de librerías por habitante. Además, 6 de cada 10 librerías españolas son jóvenes, es decir, se han creado a partir del año 2000. Sólo un 8% de las librerías españolas se fundaron antes de 1971. La mayoría de las librerías en nuestro país, el 76%, son generalistas. El porcentaje restante son especializadas y, de estas, destacan las librerías para niños y jóvenes y las librerías dedicadas a los cómics.

Rafa Arias, fundador de la librería Letras Corsarias en Salamanca, ha compartido en La Ventana el orgullo de haber recibido el Premio Librería Cultural 2024. Letras Corsarias se define como "una librería de lectores para lectores" y se ha convertido en un símbolo de resistencia y dinamización cultural en la región. Rafa ha explicado el ajetreado día a día del oficio: "Es un oficio vocacional, da grandes alegrías, pero está excesivamente romantizado. Hay mucho de trabajo físico, de levantar cajas, mover papeles. Leemos mucho, pero fuera de la librería. Se puede vivir de una librería, lo que no sé si se puede es vivir al margen de la librería", ha comentado Arias.

Reconstrucción en las librerías valencianas

Con motivo de este Día de las Librerías, CEGAL (la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros) ha impulsado una iniciativa de apoyo a las librerías de Valencia, con el apoyo del Ministerio de Cultura, para destinar el 5% de lo recaudado hoy en las librerías que se han adherido —como es el caso de Letras Corsarias— a un fondo para ayudar a las librerías afectadas por la DANA.

El equipo de La Ventana ha contado con el testimonio de Arantxa Carceller, de la librería La Moixeranga en Paiporta, y con Yolanda Girón, de Bufanúvols en Catarroja, quienes han relatado los efectos devastadores de las inundaciones en sus locales y cómo sus proyectos están en vilo.

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Arantxa y su socia Eva apenas llevaban un año con La Moixeranga cuando el agua lo destruyó todo. "Por nuestra ubicación, por proximidad al barranco, el agua arrasó toda la librería. Por la mancha del barro se convirtió en una piscina o pecera. Por suerte no estábamos. A medio día, cuando bajábamos la persiana, decidimos que no íbamos a abrir por el mal tiempo. No queremos ponernos en ese escenario porque no vale la pena, pero por suerte no nos pilló trabajando. El resto de compañeros, como en la biblioteca, sí les pilló trabajando", ha relatado la librera de Paiporta.

Yolanda, que abrió Bufanúvols hace dos años, ha contado cómo una 'corazonada' la mantuvo a salvo al decidir no acudir a su librería en medio de las lluvias. "No hemos podido salvar nada. Las cuatro paredes y nada más. Me pilló en casa porque decidí no abrir esa tarde. Vi que venían riesgos de inundaciones, se lo comenté a mi pareja y decidí no abrir, y menos mal", ha contado Girón, librera en Catarroja.

Ambas se han puesto como objetivo el reabrir las puertas de sus librerías sea como sea. "Quiero abrir. No sé cuando ni cómo, pero no hay otra opción para mí. La cabeza no para de pensar. La reacción ha sido muy positiva en cuanto al gremio y la comunidad lectora. Se han preocupado por nosotros. La respuesta de solidaridad ha sido muy grande ante el dolor que sientes", ha afirmado Girón. "De momento, hablar de plazos es complicado. El objetivo debería ser reabrir lo antes posible. Estamos pendientes del seguro y estamos mirando todo tipo de ayudas", ha dicho por su parte Carceller, con un punto de vista realista pero optimista.

Las dos han contado que la reacción ha sido muy positiva en cuanto al gremio y la comunidad lectora. "Se han preocupado por nosotros. La respuesta de solidaridad ha sido muy grande ante el dolor que sientes. Eso sí, que nadie se olvide de nadie, de ningún comercio. Todas las librerías somos importantes a nivel de barrio, de pueblo, de ciudad a nivel sociocultural. Es importante la labor que hacemos", ha concluido Carceller.