Un chip de grafeno para tomar muchas menos pastillas: la nanotecnología que quiere cambiar la neuropsiquiatría
Mediante la nanotecnología y el uso de electrodos de grafeno, InBrain propone un enfoque innovador que podría transformar la forma en que tratamos trastornos como el Parkinson
Los Revolucionarios | Un chip de grafeno para tomar muchas menos pastillas: la nanotecnología que quiere cambiar la neuropsiquiatría
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Madrid
InBrain, la startup española fundada en 2020, está marcando un antes y un después en el tratamiento de enfermedades neurológicas y neuropsiquiátricas. Mediante la nanotecnología y el uso de electrodos de grafeno, InBrain propone un enfoque innovador que podría transformar la forma en que tratamos trastornos como el Parkinson, la epilepsia o incluso el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Su objetivo es claro: ofrecer terapias de precisión sin la necesidad de medicamentos invasivos.
"Es un implante en el cerebro y, por decirlo de alguna forma fácil, sería como tener un mini neurólogo en el cerebro que diagnostica y trata a la vez sin necesidad de fármacos o con una cantidad más pequeña de lo normal de fármacos a través de bioelectricidad", afirma Carolina Aguilar, fundadora y CEO de InBrain.
InBrain ha recaudado hasta la fecha 63 millones de euros de distintos fondos públicos y privados, una cifra que está destinada a financiar su ambicioso objetivo. Según José Antonio Garrido, director científico de la empresa, esta inversión permitirá desarrollar nuevas aplicaciones y garantizar la seguridad y durabilidad de los implantes: "Como todas las terapias que tenemos, algunas tienen efectos secundarios. Actualmente, se implantan en algunos pacientes que tienen una actividad en el cerebro que es anormal y lo que se hace con este tipo de electrodos es aplicar impulsos eléctricos muy pequeños que de alguna forma cambian ese patrón patológico que no es el patrón natural".
Uno de los mayores avances de InBrain es la creación de implantes de grafeno con un grosor de solo 10 micrómetros, mucho más finos que un cabello humano. Esta precisión extrema es esencial para evitar efectos secundarios graves, como alteraciones del lenguaje o cambios de personalidad, que suelen ocurrir con los sistemas actuales.
"El grafeno es un material muy interesante que tiene propiedades que nos permiten hacer electrodos extremadamente pequeños con unas propiedades que permiten precisión, tanto en la decodificación de la actividad del cerebro como en la precisión que tenemos en la modulación de esa actividad", afirma Garrido.
Además de la nanotecnología, InBrain incorpora inteligencia artificial (IA) en sus dispositivos, lo que permite a los sensores adaptarse a las necesidades del paciente en tiempo real. En septiembre de este año, la compañía implantó su primer dispositivo en un paciente con cáncer cerebral en el Hospital Salford Royal de Manchester, Reino Unido. Actualmente, dos personas están recibiendo tratamiento en este estudio clínico. "Hemos hecho historia con el grafeno, aplicándolo en dos pacientes con un tumor cerebral en el camino de probar la seguridad y superioridad del grafeno frente a las terapias de hoy", ha afirmado Aguilar.
Aunque el proceso de aprobación regulatoria y ensayos clínicos llevará tiempo, la compañía espera que sus dispositivos puedan ser ampliamente utilizados en un plazo de entre cinco y siete años. "Los electrodos no curan, eso lo tenemos claro, simplemente lo que intentamos es aliviar una serie de síntomas. En el caso del Parkinson, intentamos aliviar el temblor, síntomas motores, pero quizás también otros síntomas menos conocidos relacionados con el habla. Hay veces en las que el paciente lo que requiere es un tratamiento que le permita hablar de una forma más tranquila", concluye Garrido.
Con un equipo de 60 personas de 20 nacionalidades diferentes, InBrain está preparando el camino para un futuro en el que la nanotecnología y la inteligencia artificial transformen por completo el tratamiento de enfermedades cerebrales, ha finalizado explicando Carolina Aguilar.