‘Las ratas’, una novela de denuncia de la vida en la Castilla rural
Miguel Delibes, una de las voces más influyentes de la literatura española, publicó esta obra en 1962

'Las ratas', una novela de denuncia de la vida en la Castilla rural
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Miguel Delibes nació en Valladolid en 1920 y murió en 2010. Es uno de los más importantes autores españoles del siglo XX. Periodista y novelista es el autor de 'La sombra del ciprés es alargada', que obtuvo el Premio Nadal en 1948, 'El camino', 'Los santos inocentes', 'Mi idolatrado hijo Sisí', 'La hoja roja', 'Cinco horas con Mario', 'Las guerras de nuestros antepasados', 'Señora de rojo sobre fondo gris', 'El disputado voto del señor Cayo', '377/A Madera de héroe', 'Diario de un jubilado', 'El hereje', entre otras obras o su discurso de entrada en la Academia, publicado con el título 'Un mundo que agoniza' y que ya adelanta muchas de las preocupaciones medio ambientales y éticas de nuestro tiempo.
'Las ratas' se publicó en 1962. Es la obra que reúne los cuatro temas fundamentales de la obra de Miguel Delibes: muerte, infancia, naturaleza y prójimo. Es una novela durísima y extraña, con un protagonista inolvidable, el Nini. Es emocionante, profunda, triste y violenta.
Delibes presentaba en 'Las ratas', bajo la apariencia de una obra de ficción, el relato más duro, el más fuerte alegato y la más descarnada denuncia de lo que era la vida en la Castilla rural: pobreza, abandono, marginación, incultura, deplorables condiciones de vida, violencia soterrada, un constante vivir pendientes del cielo. Pero también resignación, amor a la tierra, estrecha relación con la naturaleza. La novela era un desafío y a la vez un desquite. 'Las ratas' es una novela de denuncia. Y sería incompleta una lectura que atendiese únicamente a sus grandes valores estéticos. Son claros los motivos que llevaron a su autor a plantear en forma de estructura novelesca lo que de otro modo nunca le hubiera sido permitido decir.
'Las ratas' es la novela de una colectividad, la que forman los vecinos de un mísero pueblo castellano que saben que su subsistencia no depende sólo de su trabajo, sino de unas condiciones climatológicas que ellos no pueden controlar. Aunque la clave más profunda debe buscarse en la propia estructura socioeconómica del pueblo, en el reparto profundamente desigual de su riqueza. El fracaso de la colectividad tiene causas muy reales y ésas son las que Delibes, sin hacerlas explícitas claramente, pero sí sugiriendo, haciendo leer entre líneas, trata de apuntar en esta novela.
De entre la galería de personajes que pueblan 'Las ratas', un verdadero microcosmos, destaca sin ninguna duda el Nini, un niño sabio sobre el que los críticos no acaban de ponerse de acuerdo. La importancia indiscutible de este personaje viene dada por las diferentes funciones que cumple en la novela y que conviene tener presentes: tiene el papel de aglutinar las diferentes anécdotas y situaciones de la obra, y además, una función simbólica. Este niño de entre diez, y doce años, además de ser una especie de «maestro» de la comunidad aparece desde el comienzo de la novela rodeado de connotaciones de claras reminiscencias religiosas. Delibes dijo que con el Nini trató de simbolizar con él las dificultades que encuentra en un pueblo un ser inteligente para realizarse y que es una especie de conciencia social.
'Las ratas' es una novela de espacios abiertos. La mayoría de la escasa acción de la obra se desarrolla al aire libre: el campo es el lugar donde vive el Nini, y las calles del pueblo y los cerros vecinos y el cauce del río son los escenarios de sus andanzas. El verdadero protagonista de las descripciones de 'Las ratas' es el paisaje que rodea al pueblo. Se trata de un paisaje cambiante, que altera sus colores y su aspecto con el paso de las estaciones, pero en el que dominan los tonos pardos, ocres, grises, negros, y que sólo con la llegada de la primavera parece volver a recuperar ciertas notas de color; el cauce reverdece, las junqueras amarillean, el verde ralo de los trigos contrasta con el profundo de las cebadas, los sembrados verdeguean en la distancia.