"Felipe VI vuelve a ser el jefe de Estado de los ciudadanos catalanes, sin alharacas ni algarabías": Xavier Vidal-Folch

Barcelona

El Mobile, o sea, el Congreso Mundial del Móvil que se celebra cada año en Barcelona es algo más que la principal feria tecnológica al Sur de Europa. Es algo que, pese a los retrocesos, ha mantenido una cierta atracción catalana durante los años oscuros, sobre todo para las nuevas empresas y talentos,. Es también desde hace bastante tiempo el termómetro que mide la temperatura entre Cataluña y el conjunto de España. Y más concreta y simbólicamente lo son sus actos de apertura. Y el trato institucional que recibe el jefe del Estado en la inauguración.

Esto que ha sucedido ayer y hoy no debería ser notica, pero lo es: todo se ha celebrado con total y absoluta normalidad. ¿Sorprendente? Sí, si lo comparamos con lo que sucedía desde 2018, cuando un olvidado presidente de la Generalitat, de nombre Quim Torra, boicoteaba la recepción al monarca, la cortesía en la cena y la acogida en el pabellón catalán del Congreso. Luego, el presidente Pere Aragonés fue suavizando lentamente esa actitud.

Y ahora, con el socialista Salvador Illa, ocurre ya lo correcto: una relación plenamente normal, que ya se ha ido ensayando en otros muchos actos desde el pasado otoño. Sin alharacas, ni algarabías, Felipe VI vuelve a ser el jefe de Estado de los ciudadanos catalanes.

La normalidad catalana no se detecta solo en las alturas. También en la calle. Nadie se lanza a manifestarse en protesta por su presencia y no por temor, sino porque se quedaría solo. Es extraño, algunos no deben haberse enterado. Tratan a Cataluña como si todavía estuviera gobernada por indepes. Le dedican recelo o desprecio. No conocen o no sintonizan con la realidad.