Malena Alterio: "No he vuelto a escuchar mi discurso de los Goya porque me da pudor"

Madrid

Malena Alterio y Luis Alegre se conocieron hace 25 años gracias a la intervención de Maribel Verdú. Fue en la presentación de una de sus películas en Tudela. Ese día, Malena conoció a un sacerdote que la llevó a asistir a misa por primera vez en su vida, a pesar de ser atea. Se montó un gran alboroto y la gente empezó a pedirle fotos en la iglesia.

"Parece una broma, pero pasó tal cual. Era uno de mis primeros festivales y me quedé fascinada de que el cura fuera tan cinéfilo, pensé: oye, pues tiene que dar buenas misas... y bueno, pensaba que era algo un poquito más divertido. Creo que la diversión ese día fui yo, porque todo el mundo me miraba y decía esta qué hace aquí, ya tenía un poco la popularidad encima", cuenta entre risas.

Alterio habla de sus orígenes: sus abuelos vienen de un pueblo italiano llamado Carpinone. Sus padres, en un principio, se mostraron reacios a que se adentrara en el mundo de la interpretación, pero hoy en día sienten orgullo por su carrera. "Ellos estaban preocupados porque saben cómo es este oficio, saben de su inestabilidad. Entonces mi madre dijo, oye, pero a ver... ¿Por qué no os compráis una licencia de taxi, así si la cosa va mal, al taxi?".

Malena reconoce su admiración por su padre, el actor Héctor Alterio, quien a sus 95 años continúa recorriendo España con un monólogo. "Su secreto está en su pasión, en sus ganas. Es un sabio, es ejemplar todo lo que hace. Vive el presente, no piensa en el pasado, y eso lo mantiene con vida. El escenario es su medicina. Además, no tiene móvil, le tiene alergia, pobrecita mi madre que la tiene desesperada por no poder localizarle".

Además, su madre, Ángela, también ha decidido incursionar en la dramaturgia y dirección teatral a sus más de 80 años. "Siempre ha estado en un segundo plano, reflexionando, y ahora ha decidido contar su propia historia. Es el acto de amor más hermoso que he visto en mi vida". También resalta el valor de que su madre sea psicoanalista: "Voy a terapia y yo siempre la defiendo. Es una manera de entendernos, de comprendernos. Es importante ir y en ese punto tener a una madre psicoanalista ayuda mucho"

Malena obtuvo el Goya 2024 a mejor actriz por su papel protagonista en el largometraje 'Que nadie duerma', de Antonio Méndez Esparza. "Mi familia estaba muy feliz. Lo oigo y me emociono. Iba en el tren con mi Goya y la gente me felicitaba" cuenta al recordar cómo vivió ese momento. Aunque reconoce que "no he vuelto a escuchar mi discurso de los Goya porque me da pudor".

Recuerda también su llegada a España desde Buenos Aires, Argentina, cuando era un bebé. "Vinimos cuando había una situación muy crítica en Argentina, en el año 74, con una amenaza de muerte a mi papá, que estaba en el festival de San Sebastián presentando la película 'La Tregua' y ahí recibe la noticia de que había sido publicado su nombre con la amenaza de la Triple A. Toda la familia le animó a que se quedara en España. Y aquí arrancó una nueva vida, una vida incierta... fueron años muy difíciles".

Ahora mismo Malena se encuentra en la recta final de la gira teatral 'Los amigos de ellos dos' tras un año y medio recorriendo el país. La última nota musical de la visita de Malena ha sido la canción Vino y besos de Javier Ruibal, un tema que, según ella, le transmite alegría y amor por la vida. Explica que ella "apuesta por la alegría pese a todo y con todo". Así se despidió del Club de Amigos y Amigas Alegres de Luis Alegre, del que ya es miembro a partir de hoy.