"Me están buscando": la cautela de Inma Cuesta ante la propuesta más ambiciosa

Madrid

A la abuela de Inma Cuesta le gustaba "vivir a pie de calle". A ella, también. Después de la pandemia, dejó la capital para marcharse a un pueblo a media hora de Madrid. "Tuve la sensación de querer volver a la tierra, al contacto con la naturaleza. Mi vida ha mejorado muchísimo. No echo absolutamente nada de menos Madrid: ni el ruido, el caos, el olor de las calles..." Inma Cuesta ha conseguido cerrar el círculo: vive donde quiere, no le faltan proyectos y ha conseguido poner en marcha un apasionante proyecto junto a su pareja.

'Loba loba'

La productora Ángeles Maeso y Cuesta han fundado 'Loba Loba', una productora con la que buscan potenciar la presencia de las mujeres en la ficción. "Estamos trabajando muy duro, sobre todo Ángeles. Yo estoy en prácticas, aprendiendo mucho, con muchísima ilusión y muchísimas ganas", explica Cuesta. Reconoce que ahora ha descubierto las enormes dificultades que entraña sacar adelante una película y asume que puede costar hasta "tres años" porque tienes "que encontrar el dinero para sacarla adelante". Reconoce que la están buscando para que dirija alguna película, pero le da "mucho respeto".

'Un funeral de locos'

Hasta que se ponga detrás de una cámara, sigue disfrutando delante de ella. Su último trabajo es 'Un funeral de locos', un remake de 'Un funeral de muerte' donde coinciden Quim Gutiérrez, Ernesto Alterio, Gorka Otxoa, Hugo Silva, Belén Rueda, Antonio Resines, Secun de la Rosa y Arturo Valls. En la película, Inma Cuesta interpreta a Amaia, la sobrina del fallecido que tiene que lidiar con las alucinaciones de su novio, tras consumir drogas por error. Ella reconoce que, sin llegar al nivel del delirio en el que se convierte el funeral al que asisten los protagonistas, sí ha tenido que asumir "algún ataque de risa" en funerales de personas cercanas. Aunque la película ha dado pie a que le pregunten sobre si ella ha pensado en cómo querría que fuera su despedida, ella reconoce que no ha pensado en cómo sería.

Admiración por Concha Velasco

A pesar de su larga trayectoria, que incluye tres nominaciones al Goya, tiene una espina: no haber podido trabajar con Concha Velasco. Ella creció en un "pueblo muy pequeño, sin cine, teatro" y veía por televisión las películas de Rocío Dúrcal, Marisol y la actriz vallisoletana. "Cuando conocí a Concha Velasco, me quedé hipnotizada y cuando conseguí que aceptara que la invitara a que viniera a verme a una obra de teatro, me dijo que no lo hiciera nunca más. Me preguntó: "¿A que a ti no te regalan un barra de pan?". Desde entonces, Cuesta asume que siempre tiene que pagar las entradas. La sorpresa fue cuando le llegó al camerino un ramo de flores: "De tu gran admiradora, Concha Velasco". Fue un momento que no olvidará jamás.