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Los tecnobosques cobran vida: la solución al gran reto medioambiental que viene

La simbiosis entre la naturaleza y la tecnología es cada vez más necesaria para la supervivencia de los bosques

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Madrid

Los incendios forestales son cada vez más frecuentes, intensos y destructivos. Y la situación está lejos de revertirse. Según recoge un estudio desarrollado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), el número de incendios extremos aumentará un 14% para 2030, un 30% para finales de 2050 y un 50% para finales del siglo XXI. Todo ello como consecuencia del avance del cambio climático, de la sequía prolongada, de la degradación de los ecosistemas y de otros factores como las plagas y la expansión de especies invasoras. De ahí la importancia de desarrollar paisajes resilientes al fuego y sistemas de alerta temprana para evitar catástrofes que pueden llegar a ser devastadoras.

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El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico explica, en su página web, que a lo largo del 2024 se contabilizaron un total de 6.134 siniestros forestales en España, en los que se quemaron 47.711 hectáreas. Si bien esta cifra es inferior a los picos registrados en la última década, gracias en parte a unas condiciones meteorológicas más favorables que en años anteriores, el problema persiste y se agrava por las proyecciones climáticas en nuestro país.

Principalmente porque las temperaturas van a seguir creciendo y porque va a llover mucho menos en todo el país, con todo lo que supone. Así queda reflejado en un estudio desarrollado por la Universitat Politècnica de Catalunya, en el que se proyecta que la temperatura media podría aumentar hasta dos grados centígrados para el año 2050 si continúa la tendencia actual. Una situación que podría provocar un cambio en el clima hacia uno más seco y estepario.

La revolución de los tecnobosques

La magnitud de este reto medioambiental requiere de grandes ideas que puedan ayudarnos a hacer frente a escenarios cada vez más extremos. Entre las que resuenan con más fuerza nos encontramos con la de los tecnobosques. ¿Tecnoqué? El concepto de los tecnobosques ahonda en la idea de integrar el potencial de la tecnología más avanzada en la naturaleza para crear masas forestales que sean más resilientes, que estén mucho mejor monitorizadas y que se adapten al futuro climático que viene.

Todo ello a partir de sistemas automatizados de detección y respuesta como puede ser la inteligencia artificial, los sensores del Internet de las Cosas (IoT) o los drones. Una serie de tecnologías que abren un abanico de posibilidades, como puede ser la monitorización avanzada de los bosques o la prevención activa de incendios. Entre las empresas que trabajan en la creación de cortafuegos tecnológicos nos encontramos con una que precisamente se llama Tecnobosque. Un proyecto, liderado por Inmaculada Reinosa y Óscar Navarro, que se dedica a la prevención de incendios forestales mediante la creación de cortafuegos utilizando la tecnología de los drones y aplicando sustancias con mínimo impacto ambiental.

Cortafuegos inteligentes como solución al problema

En declaraciones a la Cadena SER, Inmaculada Reinosa nos explica que trabajan principalmente para quienes tienen una vivienda o un negocio en una interfaz urbano-forestal. Es decir, para aquellas personas que están rodeadas de naturaleza y que quieren estar prevenidos ante un posible incendio a su alrededor: "Nuestra solución consiste en aplicar sustancias alrededor de esta vivienda de forma que, cuando un incendio se desate, el fuego acabe extinguiéndose al llegar al área tratada".

En primer lugar, la empresa hace una observación del área sobre la que van a trabajar utilizando drones con cámaras con sensores LiDAR. A partir de estos datos, analizados posteriormente con inteligencia artificial, los responsables de esta empresa trazan un estudio en el que se determina la cantidad de bosque alrededor de la vivienda, la frondosidad del mismo o la zona de arbolado que haya alrededor tanto de la casa como del negocio que haya contratado sus servicios.

Con estos datos desarrollan un plan de actuación que derivará posteriormente en la aplicación de sustancias retardantes naturales con bajo impacto ecológico. Gracias a estos, el fuego no podrá alcanzar en ningún caso la vivienda o la empresa: "Tenemos que hacer un cambio de paradigma. No solamente los bomberos pueden extinguir. Se puede hacer mucho trabajo de prevención y de extinción más allá del foco del incendio o en el perímetro del mismo". No obstante, desde Tecnobosque inciden en la idea que no vienen a sustituir a los bomberos ni mucho menos. Tampoco a las empresas que se encargan de limpiar los bosques, pues son tareas que hay que seguir haciéndose para preservar la salud de los bosques.

Videovigilancia y monitorización

Pero la tecnología no actúa únicamente creando barreras físicas, pues también se encarga de vigilar constantemente nuestros bosques para garantizar la detección ultratemprana de posibles focos. Una de las empresas que trabaja en la videovigilancia y la monitorización de los bosques es Axis Communications, quien tiene bastante claro que sus sistemas de vídeo en red pueden marcar la diferencia entre un pequeño incendio controlable y uno devastador. En su caso, esta compañía de origen sueco trabaja con tecnologías avanzadas como son las cámaras de red, los sensores inteligentes y el análisis de video. Una de sus grandes bazas son las cámaras PTZ de alta precisión, con la que pueden llevar a cabo una vigilancia efectiva en grandes áreas naturales y urbanas para garantizar tanto una monitorización precisa como una respuesta inmediata por parte de los equipos de bomberos.

Así nos lo cuenta su responsable de marketing María Santafé, quien nos confirma que podemos adelantarnos a un incendio gracias al uso de tecnologías inteligentes de detección temprana y el análisis predictivo: "La mayoría de casos se hace mediante cámaras de videovigilancia que están complementadas con sensores ambientales. Básicamente los sensores son dispositivos IoT que detectan la temperatura, la humedad, la sequedad o la calidad del aire. Entonces, con estos dispositivos lo que podemos es monitorear en tiempo real esas zonas críticas y detectar esas condiciones propicias para un incendio incluso antes de que comience".

Una cámara térmica localiza un ciervo en Nueva Zelanda.

Una cámara térmica localiza un ciervo en Nueva Zelanda. / synthetick

Una cámara térmica localiza un ciervo en Nueva Zelanda.

Una cámara térmica localiza un ciervo en Nueva Zelanda. / synthetick

Por lo tanto, las cámaras PTZ se ocupan de monitorizar el área de interés y la inteligencia artificial se encarga de analizar posibles condiciones peligrosas antes de que se conviertan en incendios: "Los sistemas de análisis de vídeo con inteligencia artificial permiten identificar esos patrones inusuales o esas anomalías tanto en el comportamiento humano como en el entorno, como puede ser un aumento repentino de la temperatura o la presencia de humo. En el momento en el que esta tecnología detecta una anomalía se genera una alerta automática que activa un protocolo de respuesta rápida, permitiendo así que los equipos de seguridad actúen pues antes de que el fuego se propague".

La tecnología que viene

Durante estos últimos años, empresas como Axis Communications han ido desarrollando sus opciones de videovigilancia e incluso ha colaborado con terceras empresas para garantizar la protección de los bosques. Una de ellas es la firma asiática Robotic Cats, que cuenta con un guardián muy especial. Hablamos sobre el robot InsightFD, una máquina equipada con sensores térmicos y de visión, que rotan 360 grados, y que escanean constantemente el bosque en busca de fuego y humo a una distancia de 15 kilómetros de distancia. Gracias a esta tecnología, la empresa puede detectar una fuente de incendio muy pequeña y contactar con los servicios de extinción para que se encarguen de apagarlo.

Así es el robot InsightFD que se encarga de la vigilancia de los bosques.

Así es el robot InsightFD que se encarga de la vigilancia de los bosques. / Robotic Cats

Así es el robot InsightFD que se encarga de la vigilancia de los bosques.

Así es el robot InsightFD que se encarga de la vigilancia de los bosques. / Robotic Cats

Mientras tanto, algunos softwares como FireStation pueden simular la progresión de los incendios forestales y trazar un plan de actuación mucho más preciso. Entre otras cosas, este programa analiza la pendiente del área dañada, así como las características del combustible, la velocidad y la dirección del viento. Un tipo de simulación especialmente útil durante un incendio activo, ya que es capaz de estimar la velocidad y dirección de propagación del fuego para que los equipos de bomberos puedan tomar decisiones tácticas más precisas.

Por lo tanto, el futuro de la prevención de incendios pasa por el big data y la inteligencia artificial. Después de analizar toda la información recabada por los distintos sensores, la máquina se encarga de hacer todo tipo de simulaciones y adelantarse a cualquier posible fuego. Pero en este futuro también cobran especial importancia los drones equipados con cámaras térmicas, capaces de llegar a donde otros no llegan y los sistemas de comunicación de banda ancha para garantizar una comunicación rápida y estable: "Nos dirigimos a un futuro más conectado, más inteligente y, sobre todo, más preventivo".

Más aún si tenemos en cuenta que la instalación, en algunas ocasiones, puede llegar a ser compleja: "La instalación de las cámaras es compleja porque requiere de torres de comunicación y de un cableado que permita interconectar todo que además es costoso. Y por si esto fuera poco, no todas las montañas tienen grandes áreas de bosque". De ahí que sea muy importante trabajar con distintas herramientas al mismo tiempo para poder llegar mucho mejor al objetivo de salvar los bosques.

Una simbiosis necesaria

No podemos controlar a la naturaleza, pero sí que podemos recurrir a la tecnología para cuidarla lo máximo posible y evitar tragedias medioambientales como las que se han producido estos últimos años. Los drones pueden trazar cortafuegos con precisión milimétrica y las redes de cámaras y sensores pueden convertirse en un sistema nervioso tecnológico que nos alerte del más mínimo peligro que aceche a nuestros bosques.

De esta manera, el futuro pasa por una simbiosis entre la naturaleza y la tecnología que nos permita seguir creciendo juntos. Y es que, ante un futuro más cálido y seco, la tecnología se convierte en una aliada esencial para evitar que esa chispa que se propague en el monte acabe convirtiéndose en una tragedia de valor incalculable.

David Justo

David Justo

(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...

 

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