Norris vuela sobre mojado y recorta distancias en el Mundial tras vencer en un 'sprint' de Miami con abandonos de Alonso y Sainz

Lando Norris reinó en la locura del sprint del GP de Miami, ganándole el pulso a su compañero Oscar Piastri en una carrera que rápido se convirtió en un mano a mano entre los McLaren. La salida desde la pole de Kimi Antonelli no fue buena y, después de salirse de la trazada en la primera curva, su prueba se vio relegada incluso fuera de los puestos del podio. No corrieron mejor suerte los españoles Fernando Alonso y Carlos Sainz, ambos accidentados en una jornada de lluvia inesperada.

El diluvio sobre el circuito Hard Rock Stadium disparó la expectación desde una previa que ya prometía espectáculo. Y es que, aunque la tormenta cesó instantes antes de la salida, el agua caída con anterioridad dejó la pista en unas condiciones aptas solamente para unos pocos expertos. De hecho, seguía lloviendo con fuerza durante las vueltas de instalación, donde se vivió un accidente del todo inusual que impidió a Charles Leclerc participar en la carrera al sprint.

Sin precipitaciones, pero con muchas dificultades de drenaje, las condiciones de seguridad seguían dejando dudas a las 18:00 (hora peninsular española para la que estaba fijada la prueba). Varios pilotos tuvieron dificultades para no salirse de la trazada durante la vuelta de formación, justo antes de que se iluminase el semáforo, cuando dirección de carrera decidió posponer la hora de la salida. Las ansias del comienzo quedaron entonces en stand by durante media hora.

Aunque la calidad del asfalto había mejorado considerablemente, Antonelli pagó la 'novatada' de su primera pole con una salida que le salió cara. Su primera posición de partida fue efímera, y es que ya en la primera curva se salió de la trazada al verse sorprendido por el empuje de los McLaren. De un segundo para otro cayó incluso de puestos de podio, viéndose relegado a la cuarta plaza y dejando vía libre para el liderato de Piastri, seguido de su compañero Norris y del Red Bull de Verstappen.

Muy pocas variaciones se dieron en la cabeza de carrera desde entonces. Norris, que no fue capaz de seguir la estela del arreón de Piastri, con mismo coche, preparó su ataque a fuego lento. El show quedó pospuesto hasta un paso por boxes obligado. Y es que saltaron chispas en el momento en el que Verstappen y Antonelli decidieron cambiar neumáticos, puesto que ambos chocaron en el momento en el que el neerlandés se disponía a volver a pista y restos de los monoplazas quedaron en mitad del pit lane.

Tras las paradas sí se sintió mejor en pista un Norris que no desaprovechó la oportunidad de dar el golpe hacia el liderato. Los McLaren se jugaron la victoria con pies de plomo, con mucho que perder y poco que ganar, y finalmente fue el británico quien se llevó el gato al agua, recortando así la distancia de 10 puntos con las que llegaba Piastri al frente del Mundial.

El calvario español

Más atrás, volvió a quedar de manifiesto el doctorado de Alonso con neumáticos de mojado. Porque pese al calvario que venía sufriendo Aston Martin en sus primeros fines de semana y el estado de alerta que se había instalado en la escudería respecto a las aspiraciones en Miami, el español siguió subiendo posiciones en carrera. Tras el milagro de la Q3 en la calificación, la gesta subió de nivel alcanzando la octava plaza en las primeras curvas.

Pero toda la ilusión de esta grata sorpresa se vino abajo de un plumazo. Trataba de exprimir Alonso las posibilidades de su coche desde una cuarta posición irreal -estaba pendiente de parar-, cuando una temeridad de Lawson puso fin a sus aspiraciones. El piloto neozelandés se lo llevó por delante, acabando el asturiano estampándose contra las protecciones.

Similar fue el caso de Sainz. En su caso ya fueron insuficientes los dos puestos que ganó en la salida. El decimoquinto puesto de partida lastró mucho y, para colmo, también acabó antes de tiempo. Tocó el muro tratando de apurar la trazada y, a cinco vueltas del final, terminó abandonando y despidiéndose de cualquier posibilidad de puntuar.