Trump desata la confusión en el sector del cine con su anuncio de un arancel del 100% a las películas producidas en el extranjero

Madrid

En su ronda diaria de anuncios, órdenes y aspavientos, Donald Trump ha decidido que este lunes le tocaba al sector del cine. Según el presidente de Estados Unidos, la industria de "Hollywood está siendo devastada" y por la competencia de otros países y las ventajas fiscales a la hora de rodar películas. Por eso ha autorizado, todo según un mensaje en la red Truth Social, que el Departamento de Comercio y el Representante Comercial de EEUU implemente un arancel del 100% a todas las películas producidas "en tierras extranjeras".

“La industria cinematográfica estadounidense está muriendo rápidamente. Otros países ofrecen todo tipo de incentivos para alejar a nuestros cineastas y estudios de Estados Unidos (...) Este es un esfuerzo concertado de otras naciones y, por lo tanto, una amenaza para la seguridad nacional. Es, además de todo lo demás, ¡mensajería y propaganda!”, ha escrito para terminar 'gritando' en mayúsculas: "¡QUEREMOS PELÍCULAS HECHAS EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!”.

Como es habitual en esta catarata de aranceles anunciados por Trump en los últimos meses, el mandatario no ha proporcionado más detalles de cómo se implementarán estos nuevos gravámenes y a quién afectarán. De momento solo ha desatado las alarmas en Hollywood y mucha confusión en el sector del cine. Los estudios, según cuenta Variety, han empezado a levantar los teléfonos ante el desconcierto generalizado. En primer lugar, porque las películas son propiedad intelectual y no bienes, por lo que actualmente son un producto que no está sujeto a aranceles. El departamento de comercio sí podría, siempre dentro de un hipotético, imponer ciertas barreras económicas a ciertos servicios, como los incentivos.

Ante la falta de concreción, el nerviosismo ha cundido en una industria ya de por sí diezmada por una taquilla que no se ha recuperado del todo desde la pandemia y que solo ha revivido gracias a ciertas películas eventos. La duda está principalmente en saber si Trump quiere gravar a películas producidas por empresas americanas pero rodadas en el extranjero por las ventajosas reglas fiscales de otros países o quiere imponer esos aranceles a las películas adquiridas para la distribución en EEUU que han sido producidas en otros países. O si contempla, incluso, ambas opciones.

Para entender la situación, unos cuantos ejemplos prácticos. Esta semana se ha empezado a rodar en Reino Unido 'Vengadores: Doomsday', la nueva superproducción de Marvel. La película, propiedad del conglomerado Disney, es una producción americana de la filial del estudio dedicada a adaptar las historias de los cómics. Según lo anunciado por Trump, ¿esta película tendría que afrontar ese arancel del 100%? Nadie lo sabe. El otro supuesto afectaría a películas de corte más independiente, como títulos europeos, que han sido producidas y rodadas fuera de EEUU pero adquiridas para su distribución en el mercado americano. ¿Estarán estas películas sujetas a ese gravamen? Tampoco se sabe. Y por último, ¿qué pasaría con las películas rodadas tanto en EEUU como en el extranjero o con las que han sido rodadas en suelo americano pero montadas en estudios de otros países?

El argumento de Trump se enmarca dentro de su política proteccionista frente a una industria que, también es cierto, ha ido deslocalizando cada vez más la producción de sus títulos por las ventajas fiscales ofrecidas en otros países como Canadá, Irlanda, Hungría o Australia. De hecho el gobernador de California, Gavin Newsom, ha propuesto un ambicioso crédito fiscal para que la producción vuelva al estado. Desde hace varios años el números de rodajes ha ido bajando en Hollywood pese al aumento de la producción gracias a las plataformas y las series de televisión. Y aquí entra en juego otra de las incógnitas, si ese arancel afectará solo al cine y no a las series, y si también lo tendrán que asumir los gigantes del streaming o solo los estudios clásicos de Hollywood.

El anuncio de Trump solo ha sumado inquietud e incertidumbre a un mercado que ya se está enfrentando a las consecuencias de los aranceles generales impuestos por el presidente conservador. De hecho, Pekín anunció a mediados del mes pasado que reduciría las importaciones de películas de Hollywood. No es un tema menor cuando China es el segundo mercado más grande para el cine y cuando está a punto de estrenarse la última entrega de 'Misión imposible', rodada, por cierto, principalmente en Reino Unido, y pendiente de si le salen las cuentas sin la taquilla del país asiático.

Prudencia en la UE y reunión en España

Desde las instituciones europeas no han querido, por ahora, hacer declaraciones ni valorar esta nueva embestida de Trump. "La Comisión Europea toma nota de la declaración del presidente. Hasta que no se conozcan los detalles de esta propuesta, no haremos más comentarios”, ha indicado el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, a la agencia EFE. “No sabemos exactamente lo que significa en la práctica; hasta que no lo sepamos, no podemos ofrecer ningún comentario sobre cuál podría ser nuestra respuesta”, ha añadido resaltando que no están acostumbrados a responder a anuncios en redes sociales.

Por su parte, desde España, el ministro de Cultura ha convocado este miércoles a representantes del sector cinematográfico de nuestro país para abordar "conjuntamente" las posibles respuestas a este arancel. El departamento de Ernest Urtasun está estudiando los posibles efectos en la industria española y, por eso, ha organizado esta sesión con el sector. "Esta medida, que desde todos los puntos de vista se antoja negativa, consideramos que, como lo hace la práctica generalidad de los expertos internacionales, no resolverá ninguna de las necesidades que la Administración norteamericana indica como justificación", responden desde la Spanish Film Commission, la agencia encargada de atraer rodajes a nuestro país.