El Vaticano y el Congreso
Xavier Vidal-Folch encuentra paralelismos entre el debate parlamentario y la fumata del Vaticano

El análisis de Xavier Vidal-Folch | El Vaticano y el Congreso
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Barcelona
La elección del Papa católico es un pedazo de ceremonia. Más allá de las creencias de cada uno, esas imágenes de la Capilla Sixtina, simbolizan una institución madura, que exhibe ritos refinados. Producto de años repitiendo errores, a veces corrigiéndolos. Y acumulando sabiduría.
Invitan a releer un pasaje de la Biblia que apela a ser oportunos. A que todo tiene su momento: “Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar”. La cultura laica ha plagiado muy bien ese texto del Eclesiastés. El gran poeta británico T. S. Eliot, lo hizo de maravilla en sus Cuatro Cuartetos: “Hay un tiempo para construir y un tiempo para vivir y para engendrar”, escribió.
En esos textos separados por muchos siglos aprendemos que cada tarea, cuando toca. A veces uno piensa esto al escuchar frases altisonantes que se pronuncian en el Congreso. Uno cavila y pregunta: ¿De verdad el momento de rajar del rival es cuando acaba de suceder un desastre, un gran apagón, que pese a todos los pesares se ha solucionado en menos de 24 horas sin desgracias humanas? ¿No parece momento más bien de debatir sobre cómo evitar de la mejor manera que se repita, en vez de hacer lo de siempre? ¿De verdad no es mejor escuchar que gritar cuando la ciudadanía ha pasado un susto fuerte? ¿Es el mejor momento para manipular sentimientos y encender odios?
Mejor la lectura, o la ironía. Hoy también ha habido de eso, gracias a Dios.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...