Andreu Buenafuente y Berto Romero explican cómo murieron en otra vida: lo tienen bastante claro
Los cómicos han dado respuestas de lo más disparatadas

Andreu Buenafuente y Berto Romero explican cómo murieron en otra vida: lo tienen bastante claro
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Andreu Buenafuente y Berto Romero reciben todo tipo de preguntas a su programa, pero en el último episodio de Nadie sabe nada, una mujer de Barcelona les puso en la tesitura de pensar en algo sobre lo que no estaban preparados, su propia muerte. Andrea ha contado a los cómicos que tiene una amiga de la adolescencia que tiene claro que, en la otra vida, debió de haber fallecido mientras defecaba porque notaba una sensación especial al hacerlo.
Más información
Esta asociación entre disfrutar yendo al baño y haber muerto en una vida anterior haciéndolo no ha convencido del todo a los presentadores. Buenafuente ha sostenido que "no lo veo", mientras que Berto ha ido un paso más allá, asegurando que es algo que ocurre a mucha gente. "No quiero estropearle la fantasía, pero creo que todos disfrutamos bastante. Defecar es bastante placentero", decía. De hecho, Buenafuente ha destacado que ir bien al baño se asocia con una buena salud intestinal, aunque Romero no cree que haga ni falta destacarlo por ello. "No solo se asocia a la salud, es que da gustico", reiteraba.
Pasaba esta reflexión inicial sobre el placer de hacer caca, Buenafuente y Romero han seguido leyendo la pregunta de la seguidora, que les cuestionaba sobre cómo creen ellos que han muerto en una vida anterior. El de Cardona ha salido a decir que murió triturado por una máquina trituradora de papel, pero rápidamente ha reconocido que ha sido una "respuesta automática". Berto Romero confiesa que no tiene claro si realmente existe una vida anterior.
Andreu Buenafuente confesaba con más seguridad que él habría muerto en una guillotina. Su elección le ha dado pie a su compañero a bromear sobre el tamaño de su cabeza. "Nos guillotinaron a tres el mismo día y luego se liaron en la reencarnación. Llevo la cabeza de un tío más grande", bromeaba el propio Buenafuente. "Tendrías que ver a un gigante con una cabeza pequeña", le decía a Berto, entre risas.
El chiste de su compañero le ha inspirado y Berto Romero ha confesado entonces que él murió de asfixia, lo que explicaría que le hayan puesto una nariz tan grande. "Tenía una muy pequeña y enseguida me atoré, con un poco de suciedad, se me taparon los agujeros y me morí. No me acordé de abrir la boca", bromeaba.