Elecciones bajo sospecha y fronteras minadas: el nuevo escenario del este de Europa

La invasión de Ucrania por parte de Rusia sigue extendiendo daños colaterales como una mancha por todo el este de Europa. Daños que en los últimos tiempos toman la forma de supuestas interferencias en procesos electorales y de una importante escalada armamentística en los países vecinos de Rusia.

En el primer caso, el Kremlin ya ha estado en el punto de mira por su influencia en las elecciones de Rumanía, donde se suspendieron las presidenciales de noviembre, de Moldavia o de Georgia. Y el último país que teme ese mismo efecto es Polonia.

Nos enfrentamos a un intento sin precedentes de interferir en el proceso electoral por parte de Rusia

—  Krzysztof Gawkowski, ministro de Asuntos Digitales de Polonia

Polonia celebra la primera vuelta de sus elecciones presidenciales el próximo 18 de mayo. Y el ministro de Asuntos Digitales, Krzysztof Gawkowski, ha alertado esta semana de la intención de Moscú de interferir en los comicios. "Hoy en Polonia, durante cada minuto de mi discurso, se han registrado una docena de incidentes que afectaron a infraestructuras críticas”, anunció después de su intervención en un foro sobre defensa en Varsovia.

El ministro argumentaba que Rusia está lanzando ataques combinados que consisten en "difundir desinformación junto a ataques híbridos contra la infraestructura crítica polaca para paralizarla".

Rusia ha negado siempre haber influido en procesos electorales de otros países, posición en la que nunca han confiado la mayoría de países europeos. En el caso de Polonia, se repite además un procedimiento semejante al que derivó en la investigación judicial sobre las elecciones en Rumanía: el ascenso constante en las encuestas de un candidato extremista gracias al impulso obtenido en las redes sociales.

Es lo que está sucediendo con el ultraderechista Slawomir Mentzen, cuya campaña se ha centrado en TikTok, y que ya figura tercero en las encuestas y a las puertas de poder acceder a la segunda vuelta. Mentzen se opone a las sanciones a Rusia y saltó a la primera línea mediática en su país al decir de forma literal que no quería "judíos, homosexuales, abortos, impuestos ni a la Unión Europea".

Fronteras minadas

Algunos de estos países vecinos están tomando además medidas de defensa adicionales en sus fronteras con Rusia. Polonia, Finlandia o los bálticos se han ido saliendo uno por uno del tratado internacional que prohíbe el uso de minas antipersona, y posteriormente han comenzado a anunciar mayores inversiones en defensa.

Finlandia fue la primera en anunciar que se planteaba minar la frontera con Rusia, y Lituania ha confirmado esta semana que va a hacer lo propio. El gobierno lituano va a destinar más de 1.000 millones de euros en una década a reforzar sus defensas fronterizas, de los que 800 millones se destinarán a minas antitanque.

Este país tiene más de 200 kilómetros de frontera con el exclave ruso de Kaliningrado y más de 600 con Bielorrusia. La ministra de Defensa del país, Dovile Sakaliene, ha defendido la medida como una manera de "bloquear y ralentizar las acciones de Estados hostiles". Lituania pretende llegar al 6% del gasto en Defensa con respecto a su Producto Interior Bruto en lo que queda de década.