Daniel Iriarte: "Las guerras cognitivas buscan que las víctimas se conviertan en soldados del atacante"

Madrid

No todas las guerras se libran en el terreno, ni con balas que dejan regueros de sangre. Hay guerras que se libran en nuestras mentes, son las guerras cognitivas. Estados, empresas, espías y terroristas usan nuestras mentes como campos de batalla y ese fenómeno lo ha estudiado en profundidad Daniel Iriarte, periodista especializado en seguridad global. Acaba de ha publicado "Guerras cognitivas" (Editorial Arpa), un ensayo en el que explica cómo funciona el " hackeo de las mentes de las audiencias.

Hackeo de mentes

El objetivo final de estas guerras es que la "víctima acabe actuando como espera el atacante, incluso en contra de sus propios intereses". La jugada es redonda porque "si puedes convencer a la población sin luchar, ¿para qué vas a luchar?", explica Daniel Iriarte.

Sin embargo, la guerra cognitiva no necesariamente opera en tiempos de paz, también se combina cuando una guerra está en marcha. La guerra cognitiva, en definitiva, tiene como objetivo que las víctimas "acaben saturadas de ciertos contenidos para que dejen de prestar atención a un asunto" o bien "que se indignen y tengan una reacción desproporcionada".

El caso de RT y Sputnik

En estos momentos, "las plataformas son el gran campo de batalla", aunque Rusia también está utilizando sus medios estatales. El caso de Rusia tiene un ejemplo evidente en el canal de televisión RT, que en la Unión está prohibido desde la invasión de Ucrania. Si bien la UE aprovechó la legislación que le permite la posibilidad de prohibir propaganda de guerra", ese contenido llega de todas maneras.

Actualmente, el objetivo de RT es "generar el máximo contenido posible para que se difunda vía redes sociales a través de trolls". Explica Iriarte que "RT crea páginas espejos, cambia la URL para utilizar una que no esté prohibida en la UE" y, de esta manera, el contenido se puede compartir igualmente. "Con la prohibición, les hemos dado combustible para la narrativa de victimización", concluye Iriarte.

El propósito de RT no es lanzar un mensaje, sino "desestabilizar" utilizando mensajes diferenciados en función del país. En Francia, se centran en los chalecos amarillos; en Alemania, alimentan a los negacionistas del COVID. En España, el mensaje se centra en que la "la UE traiciona sus valores permitiendo que los inmigrantes se ahoguen en el Mediterráneo". Mensajes ultrasegmentados y dirigidos de tal manera para que las personas que reciban ese contenido compren un "discurso desestabilizador".

La guerra cognitiva de China sobre Taiwan

China también está librando su propia guerra cognitiva y es, según Iriarte, uno de los mejores ejemplos actuales para demostrar la importancia que ha adquirido esta estrategia. "China está dedicando una cantidad de recursos ingentes para convencer a los habitantes de Taiwán de que sus líderes les lleva al desastre", explica el periodista. Además, China sugiere a los taiwaneses, con esta guerra cognitivia, que en caso de que estallara una guerra "lo mejor que podrían hacer es rendirse".

Hay empresas de relaciones públicas que ofrecen servicios de manipulación digital, hasta casos como Cambridge Analytica que intervino en el Brexit o la primera elección de Trump. Un grupo de periodistas internacionales se hizo pasar por unos potenciales clientes "con un solo golpe de botón un grupo de cuentas".