"El objetivo es hackear mentes": cómo Estados Unidos, China o Turquía manipulan a la población con ciberejércitos y desinformación

"El objetivo es hackear mentes". Así define Daniel Iriarte, periodista especializado en seguridad global, el concepto de "guerra cognitiva", eje central de su nuevo libro 'Guerras cognitivas' (Editorial Arpa). En una entrevista en 'Hora 25', Iriarte explicó cómo cada vez más gobiernos, tanto autoritarios como democráticos, despliegan estrategias para manipular la percepción de la ciudadanía.

"Una guerra cognitiva se basa en el bombardeo constante de mensajes muy bien elegidos. Lo que se busca es que la víctima modifique su forma de pensar y acabe actuando como espera el atacante", detalló. Esta técnica, según el periodista, se usa en paralelo a las acciones bélicas tradicionales y busca generar reacciones automáticas: indignación, miedo, desinterés o polarización. Las plataformas digitales y las redes sociales son el campo de batalla ideal para estas operaciones.

Los regímenes autoritarios, como los de Venezuela, Turquía o Cuba, han sido pioneros en la creación de ciberejércitos de trolls. "Erdogan tiene sus ejércitos de troles, en Cuba también. Es una herramienta eficaz y barata para hostigar a la disidencia y controlar el discurso público", explicó Iriarte. Estas estrategias no solo sirven para apuntalar el poder interno, sino también para desestabilizar a otros países. "Telesur en Venezuela o algunos medios chinos lo han hecho dependiendo del momento político", afirmó.

Pero la manipulación no es exclusiva de las dictaduras. Iriarte también señala que Estados Unidos ha utilizado cuentas falsas y desinformación para influir en países como China o en Oriente Próximo. Aunque en las democracias estas prácticas no están tan extendidas, advierte que están ganando terreno. "Esto cada vez se está extendiendo más. Estados Unidos tiene unas capacidades enormes, pero es muy difícil documentar sus actividades".

En el caso de España, desveló que existe el Regimiento de Operaciones de Información número uno, con sede en Valencia. Aunque no se dedica directamente a la guerra cognitiva, sí realiza operaciones psicológicas orientadas a misiones de paz. "Se trata de ganar corazones y mentes, conseguir una actitud benevolente hacia las misiones del Ejército en el extranjero", explicó.