La trampa digital para ver a Bad Bunny en España que ha disparado el precio de las entradas
Los precios dinámicos suponen un auténtico quebradero de cabeza

La trampa digital para ver a Bad Bunny en España que ha disparado el precio de las entradas
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Madrid
Hace ya varios días, concretamente el pasado 8 de mayo, Ticketmaster ponía a la venta las primeras entradas para los conciertos de Bad Bunny en España de cara al año 2026. En primer lugar, el artista puertorriqueño iba a actuar un día en Barcelona y dos en Madrid, ofreciendo así un total de tres fechas en España. Sin embargo, la demanda de entradas fue tan grande que los promotores del espectáculo comenzaron a sumar días y días hasta un total de 12. Según cuentan los responsables de esta compañía, el cantante consiguió vender más de 600.000 entradas en apenas 24 horas.
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Desde entonces se ha hablado, y mucho, acerca de los precios de las entradas. No porque fueran más o menos caras, sino porque tenían un precio dinámico que variaba dependiendo de un algoritmo. En primer lugar, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunciaba a Ticketmaster por cobro "irregular y abusivo" de las entradas para los conciertos de Bad Bunny en España. En dicho comunicado, la organización manifestaba que un ticket con un coste mínimo de 79,50 euros podía llegar a incrementar su precio hasta los 269,30 euros al sumarse tres gastos adicionales.
Investigación abierta contra Ticketmaster
Tras esta primera denuncia, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 ha anunciado este miércoles que va a investigar a la gestora de entradas por el cobro de posibles gastos ilícitos en la venta online de tickets para los conciertos en España de Bad Bunny. Una situación que ha abierto el debate acerca de los precios dinámicos en nuestro país. Y es que, tal y como explican Nuño Domínguez y Jaime García Cantero en Hoy por Hoy, el precio dinámico se ha convertido en una de las grandes trampas digitales de nuestra época: "Pensemos en una cola digital. Depende del momento en el que entremos a la plataforma de pago, podrías tener tener delante a más de 100.000 personas".
Y no solo eso, pues el servidor se caía cada cierto rato, lo que provocaba una gran frustración entre todas aquellas personas que querían acceder a la cola digital para comprar su entrada. Una vez dentro, las personas que querían comprar su entrada se encontraban con un panorama desolador dependiendo de su turno en la cola. Quedaban pocas entradas y, las que quedaban, estaban a precios desorbitados: "El precio final no te sale hasta que llegas a la última pantalla. Ahí te sale un precio que ha partido de 70 y que puede llegar hasta 260 y, si tú quieres cambiar de entrada, vuelves a la casilla de salida. Es una subasta casi".
La trampa digital de los precios
De esta manera, la plataforma te empuja a tener que comprar estas entradas independientemente de que el precio se haya multiplicado. Un tema que, bajo el punto de vista de Jaime García Cantero, debería ser regulado cuanto antes: "Este tema yo creo que tenemos que revisarlo de forma seria. Es verdad que el ministerio ya está en ello y que la Comisión Europea también. Quizá este es un caso flagrante de otros tantos en los que hablamos de la importancia de ofrecer una transparencia algorítmica, que nos expliquen los señores de Tickemaster qué tipo de algoritmo se utiliza para esto".
Principalmente porque no sabemos qué factores afectan a este cambio dinámico del precio de las entradas: "Lo que dice Ticketmaster es que había entradas de precio fijo y otras que se iban adaptando a la demanda. Pero es que hay que explicar cómo se calcula eso. Es muy necesario porque esto está pasando en muchas más cosas". Y es que sucede para las entradas para ver a Bad Bunny, pero también a la hora de comprar un billete de avión o para pedir un Uber. Al final acaban fijando un precio u otro dependiendo de la hora en la que solicites el servicio, el móvil que tengas e incluso el porcentaje de batería que tengas. De esta manera, tanto Nuño Domínguez como Jaime García Cantero instan a encontrar una solución inmediata: "El algoritmo se programa para maximizar el beneficio para las empresas. Si utilizas un algoritmo para fijar los precios hay que explicar cómo funciona".

David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...