Un chatarrero y un TikTok: la curiosa manera con la que Jordi Évole descubrió a su doble

A Jordi Évole no hay entrevista que se le resista. Desde el Papa Francisco hasta Rosalía, aunque no puede decir lo mismo con Ayuso, que parece ser que está siendo su gran cuenta pendiente. Ahora se ha enfrentado a su mayor reto: el picante de A las Bravas.

El pasado mes de marzo se viralizó en redes sociales un momento que se vivió en directo en La Revuelta. Acudió cómo público Paco de Viladecans (Barcelona), quién llamó la atención por su gran parecido con Évole. El periodista ha confesado a Raúl Pérez cómo descubrió a su doble mucho antes que el programa de Broncano: "Todo esto llegó por un vídeo de un chatarrero que iba a la nave donde trabajaba Paco... El tío hizo hizo un vídeo super breve que lo subió a TikTok, dónde le enfocaba y decía aquí estoy con Jordi Évole".

"Cuando nos llegó el vídeo era increíble. Muchas veces te sacan dobles que dices 'no', pero es que este era clavado. No sabíamos ni dónde vivía así que hicimos un llamamiento por redes sociales y entonces Paco apareció. Vivía muy cerca de mi casa". El presentador de A las Bravas le ha preguntado a Jordi sobre si alguna vez había pensado en utilizar a su doble para no entrevistar a alguien: "Nunca lo he pensado realmente. Estoy curado de espanto", confesaba el comunicador.

Évole se ha enfrentado a todo tipo de entrevistas. Junto con Raúl, han abierto el debate sobre si hay algunos perfiles de entrevistados a los que no se debería dar voz por su ideología extremista: "Parece que en este país si entrevistas a alguien que no piensa como tú o que incluso puede tener un pensamiento polémico, parece que le estás blanqueando o dándole cancha... Todo depende de cómo le rebatas tú. Yo he entrevistado a gente descaradamente racista y creo que han salido muy mal retratados y no les ha hecho ningún favor la entrevista... Es ahí a dónde voy, hay que saber rebatir".

El presentador ha recordado una de sus entrevistas más polémicas: "Recuerdo una entrevista a un sheriff de Estados Unidos. El tipo tenía a los presos latinos en calzoncillos rosas para humillarlos. Era cómo una cosa muy simbólica, muy de reírse del otro, de caricaturizarle. Los tenía allí como en campos de concentración...".

"Hay gente que me sigue recordando esa entrevista... Hay que plantar cara a según qué tipo de invitados, que sabes perfectamente que su pensamiento es nocivo para la sociedad, pero que están ahí y que además tienen seguidores".