"Santos Cerdán me lo ha arrebatado": Raúl Cimas adapta el tono de famoso indignado para hablar de corrupción
El humorista recurre a la sátira y la exageración en 'Transmite la SER' para denunciar el desencanto político y la normalización de los escándalos

"Santos Cerdán me lo ha arrebatado": Raúl Cimas adapta el tono de famoso indignado para hablar de corrupción
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En una nueva entrega del programa Transmite la SER, el humorista Raúl Cimas adoptó el registro del "famoso indignado", ese personaje mediático que, tras una supuesta confianza en el sistema, se ve traicionado por la realidad política.
La escena comenzó como un juego de estilos: "¿Quieres ese registro del cómico indignado, del famoso que se lleva un chasco, un berrinche?", propuso Ortega. Cimas aceptó el reto y, a partir de ahí, desplegó un monólogo cargado de dramatismo, ironía y referencias a los recientes escándalos de corrupción que han salpicado a figuras del PSOE.
"No me hable, no me hable, estoy profundamente decepcionado", arrancó Cimas, con tono grave y teatral. "Confié en gente que luego me traicionó. Ha sido terrible. Cuando ese niño volvía a ser feliz, Santos Cerdán me lo ha arrebatado".
Pero fue el nombre de Koldo García, exasesor del PSOE implicado en casos de corrupción, el que protagonizó el momento más impactante del segmento. "Koldo ha matado a hachazos a ese niño que quería ser feliz", exclamó Cimas, en una imagen tan absurda como poderosa. "Ese niño que por fin germinaba una sonrisa, y de repente los audios… Koldo ha puesto al pequeño niño Raúl entre sus piernas y no ha parado de darle con el hacha".
La exageración sirvió como metáfora de la desilusión colectiva. Cimas no hablaba solo de sí mismo, sino de una ciudadanía que, una y otra vez, ve frustradas sus esperanzas de regeneración política. La sátira se convirtió así en un espejo deformante, pero revelador.
La escena, aunque evidentemente ficticia y exagerada, sirvió como una alegoría de la sensación de traición que muchos ciudadanos experimentan ante los escándalos políticos. La sátira de Cimas no se limitó a la denuncia, sino que también ironizó sobre la resignación social. "Me parece muy bien la corrupción, lo que están haciendo, son muy valientes. Ojalá salga más gente implicada", dijo, en un giro final que ridiculiza la normalización del escándalo.