¿El fin de las cabañas como refugio? "Ahora es difícil saber si vamos a descansar o a buscar la foto"

Madrid

Escuchar la banda sonora de Doctor en Alaska es evocar paisajes inmensos y una vida tranquila y sosegada. Esa misma sensación despierta la imagen de una cabaña: un refugio en medio del bosque, una casa en el árbol soñada en la infancia o ese "momento cabaña" que tantos adultos ansían cuando buscan reconectar con lo esencial. Un anhelo que se repite en la literatura, el cine, los cómics y las series. Pero, ¿qué tienen las cabañas que siguen atrayendo al ser humano siglo tras siglo?

La periodista Eva Morell intenta dar respuesta a esa pregunta en su primer libro, Refugio, una historia de cabañas (Debate), ilustrado por Eduard Bagur, en el que explora la relación de las personas con estos espacios desde la prehistoria hasta la actualidad.

"Especialmente después de la pandemia, en 2020, hay una tendencia a reconectar con la naturaleza tan evidente que es raro el día que no encontramos en nuestras redes sociales imágenes o vídeos de personas disfrutando en un bosque o en una cabaña", se lee en el libro.

En una entrevista en La Ventana, Morell ha explicado que antes del libro existió una newsletter llamada El club de la cabaña. "Durante la pandemia nuestras casas se convirtieron en refugios y cabañas. Ese encierro nos hizo añorar el exterior, la naturaleza, y de forma inevitable hubo una huida hacia este tipo de espacios cuando pudimos salir finalmente", ha recordado.

La autora considera el confinamiento un punto de inflexión en la forma en que se conciben estos lugares. Y lo recoge también en su obra: "Tal vez no salimos mejores del confinamiento, como coreábamos algunos idealistas, pero la reclusión nos ayudó a volver a estrechar lazos con nuestro entorno natural".

Morell ha reconocido que el libro es, en parte, un archivo personal: "Es una recopilación de todas las imágenes que he ido acumulando a lo largo de los años, acompañadas de textos que relatan cada uno de estos lugares".

Pero también ha planteado un debate sobre cómo se consumen hoy estas experiencias: "Vivimos en una sociedad en la que se ha capitalizado la desconexión de la ciudad. Es muy difícil distinguir cuándo se va verdaderamente a descansar y cuándo se va en búsqueda de las fotos perfectas", ha afirmado.

Ese contraste está muy presente en lo que ella denomina "momentos cabaña": "Son todos aquellos sitios en los que, de alguna manera, logramos sentir la desconexión dentro del caos de la ciudad".

Las redes sociales, ha apuntado, cumplen un papel ambivalente: "Se han convertido, por una parte, en el aliado para conseguir todos estos trucos de desconexión, pero por otra son el enemigo número uno, porque su fin es compartirlo todo, todo el rato, sin desconectar y sin dejar rincones desconocidos donde hacerlo".

La periodista ha asegurado que lleva años seleccionando proyectos y filtrando propuestas que buscan "sacar crédito de la naturaleza", con el objetivo de incluir en su libro solo aquellas que considera verdaderos refugios, tanto en forma como en espíritu.

Además, ha recordado que a lo largo de la historia el concepto de refugio estuvo vinculado a las élites. "En la actualidad ya hay países en los que estos espacios son gratuitos, y dentro de la oferta también existen cabañas como una opción más asequible a un hotel".

En última instancia, Morell resume su reflexión en una idea íntima: "Para mí, el refugio es aquella idea de felicidad que cada uno tenga y que se puede encontrar en cualquier parte del mundo", ha finalizado la autora.