La flotilla, oportuna
Netanyahu desentona con su ataque abusivo a unos voluntarios generosos, pacíficos y que han estado salvando la dignidad del mundo al que llamábamos civilizado

Madrid
La flotilla de la paz era, es oportuna. Las cuatro decenas de barcos que zarparon de Barcelona hace casi un mes, con alimentos para Gaza, estaban a punto de llegar a destino. Acaban de ser interceptados. En un momento clave. Ilustra para calibrar la temperatura guerrera con que afronta el Gobierno de Netanyahu el plan de paz fraguado por Donald Trump y que prometió aceptar: ya parece que sin ánimo constructivo, sino más bien con su característico impulso exterminador. Que incluye rechazar uno tras otro todos los alto-el-fuego. Y que suele incumplir todo lo que ha pactado.
La armada israelí incordió a los voluntarios. Incluso antes de que llegasen a la zona en que anunció que les desarticularía. Mala señal. Ya ha paralizado su singladura, estamos a punto de saber los detalles del bloqueo. Pero ya sabemos a qué puerto les conducirá, a qué hospitales les llevará y cómo les deportará. Todo eso es ilegal, según ha denunciado la relatora especial de derechos humanos de la ONU, Francesca Albanese. Porque ese trozo de mar que se apropia está dentro del espacio de aguas internacionales, que son libres y abiertas.
Pedro Sánchez le había recordado hoy a Tel Aviv que los voluntarios no constituían ni una amenaza ni un peligro para el pueblo judío. Evidente. Donald Trump aprieta a Hamás para que suscriba su acuerdo. Previsible. Y Hamás dice que bueno, que quiere enmendarlo. Igual que su enemigo pudo modificarlo: sobre todo pretende que se concrete el plazo y las fechas para la retirada militar israelí de Gaza. Normal. De momento el que desentona es otra vez Netanyahu, con su ataque abusivo a unos voluntarios generosos, pacíficos y que han estado salvando la dignidad del mundo al que llamábamos civilizado. Su ejemplo no se destruye. Germinará.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




