
Superhéroes en tiempos de crisis
Las figuras del género resisten el paso de los años
El tiempo pasa para todos. También para ellos: los superhéroes. Superman, Spiderman, Hulk o Súper Lopez han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos. Sin cabinas donde cambiarse, combaten la crisis con la experiencia que dan las canas y el oficio. Porque el mal, como la prima de riesgo, nunca descansa.
Para ser un superhéroe hacen falta dos cosas: tener, claro, algún superpoder y no tener, por otro lado, ni pizca de vergüenza. Y es que no todo el mundo está capacitado para salir a la calle en mallas y con la ropa interior por fuera.
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Los hay que ahora, en verano, visten más apretados que los tornillos del batmóvil. Pero aquí los únicos con pedigrí son los de siempre. Los clásicos del género. Es decir: Superman, Spiderman, Hulk, Lobezno, Iroman, Flash, el Capitán América o el propio Batman. Cada uno de su Marvel o su DC. Las dos editoriales de cómics más importantes. Aunque, debajo de la elástica, todos comparten el mismo objetivo: la lucha contra el crimen y el afán de justicia.
Algunos son más viejos que otros. Supermán, por ejemplo, tiene 74 años. Y ahí le tienen a Clark Kent: hecho un chaval. Ajeno al paso del tiempo y a la crisis de la profesión periodística. Algo parecido a lo que le sucede a Spiderman, que nació 24 años después. Su caso es más lastimoso, eso sí: después de tantos años, Peter Parker sigue viviendo en casa de su tía. Y como fotoperiodista cobra, únicamente, por pieza publicada. Y es que ni los superhéroes se libran de la crisis. Que se lo digan, si no, a Hulk, que no gana para camisas.
La masa cumplió en mayo 50 años desde su primera aparición. Y los que le quedan. Porque el mal, como la prima de riesgo, nunca descansa.
Pero para superpoder de verdad, el de Tintín: considerado uno de los mejores reporteros de la historia sin haber escrito nunca una mísera crónica. En fin. Que la imaginación los cría y ellos se juntan.
En España tenemos a Súper López, la versión cañí de Supermán, al borde de la crisis de los 40. Tan despistado como siempre. Y pasándolas, además, canutas por los recortes en la Administración. Pero ahí sigue. Siguen todos. Poniendo lavadoras, a pesar de todo. A pesar, y esto es lo verdaderamente dramático, de que cada vez hay menos cabinas de teléfono donde cambiarse sin enseñar sus vergüenzas.
Quién sabe. Quizás algún día coincida usted con alguno de ellos en un probador del Zara. En ese caso, guárdele el secreto. Que no está el patio como para desaprovechar superpoderes con la que está cayendo.
¿Qué nos atrae de los superhéroes? en 'Hoy por Hoy' (06/08/2012)
