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EL JURADO

El caso del paparazzo tiroteado: "No te pierdas esta galería"

Tazio Secchiaroli es el fotógrafo que inspiró el Paparazzo de La dolce vita, y tras Fellini, la persona más asociada a cierta vida romana de los años cincuenta. Secchiaroli creció con la explosión de revistas interesadas por provocar sensaciones fáciles en los lectores, que disfrutaban al escandalizarse con las diversiones extravagantes de los ricos y famosos, reforzando la idea de que el dinero abría las puertas a la vida disoluta con sexo incluido.

Cámara colgada al hombro y traje normalmente arrugado, Secchiaroli frecuentaba cualquier lugar en el que se pudiese obtener alguna foto lucrativa, ya fuesen comisarías, hospitales, Via Veneto o clubes nocturnos. Aunque se le podía ver montado en su Lambretta, era más común encontrarlo merodeando por los cafés. Su trabajo se reconoce hoy en libros y exposiciones. Si los redactores de cotilleos narraban la dolce vita, los fotógrafos callejeros la hicieron espectáculo. Tazio Secchiaroli y la mayoría de sus colegas fueron jóvenes de clase trabajadora de los suburbios de Roma. En muchos casos habían comenzado como "scattini", muchachos que fotografiaban a los soldados aliados acantonados en la ciudad por una moneda, y no tenían una gran formación o experiencia. Por esta razón, los periodistas tradicionales solían hacerles de menos.

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Pero mientras los redactores no dejaban de sentir cierto temor reverencial hacia la gente que frecuentaban y sobre la que escribían, los fotógrafos no sentían nada igual. Observaban a toda aquella gente con el mismo resentimiento y frialdad con el que el público veía a los corruptos participantes en múltiples casos judiciales. De hecho, una buena parte de sus trucos los aprendieron al seguir a los envueltos en esos casos; acechando testigos y acusados, persiguiendo y sacando fotos clandestinas en los tribunales. Los fotógrafos contribuyeron a la coreografía del momento y a la venta de gafas oscuras, escandalizando a los bien pensantes en una época de intolerancia y censura. Era previsible que prosperasen. No eran sino oportunistas que salían en busca de su presa montados en una Vespa o una Lambretta. Eran descarados e insolentes. Sin embargo, el frenesí que despertaban los famosos les permitió emerger como una fuerza por derecho propio que se ha conservado durante más de medio siglo.

Fellini haría muchos otros largometrajes de importancia y Secchiaroli se convirtió en su amigo y fotógrafo de los rodajes. Murieron en 1993 y en 1998 respectivamente.

Te invitamos a visitar esta galería fotográfica del hombre que inspiró a Paparazzo....

 
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