
Una infanta 'desimputada'

Pepa Bueno, durante la presentación de la nueva temporada de Cadena SER, en la que dirigirá - junto a Gemma Nierga - 'Hoy por Hoy' / CADENA SER
Este miércoles nos deja una fotografía de España en tres instantáneas.
La primera lleva por título: una infanta 'desimputada' por decisión de la Audiencia de Palma de Mallorca que entiende que no hay indicios sólidos contra ella en el caso Nóos, aunque se seguirá investigando el delito fiscal.
La imputación o no de la infanta Cristina en la trama de corrupción, presuntamente montada por su marido Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres, ha provocado un debate jurídico intenso , protagonizado por jueces, fiscales y abogados excepcionales. Pero todos estos florilegios legales no deberían ocultar un dato esencial: la infanta Cristina no ha dado aún explicaciones de lo que supo o dejó de saber sobre las actividades de su marido.
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La citación como imputada ha sido polémica por distintos motivos. El juez tardó tanto en hacerlo que muchos cuestionaron durante ese tiempo que la justicia fuera realmente igual para todos. Y cuando finalmente se produjo, fueron muchos los juristas que dudaron sobre la necesidad de tomar una decisión tan extrema por parte de un juez instructor que apenas unos meses antes había decidido precisamente lo contrario: que los indicios contra la infanta no tenían suficiente peso para que fuera imputada.
Pero la hija del rey tenía la opción de comparecer como testigo. Es verdad que procesalmente goza del privilegio de responder por escrito si se requiere su testimonio, pero es un privilegio al que podría haber renunciado. El propio juez Castro razonaba en su decisión que no podía cerrar este asunto sin escuchar las explicaciones de la mujer de Iñaki Urdangarin. Así piensan muchos ciudadanos, que hoy, con razón o sin razón, justa o injustamente, se habrán quedado con la sensación de que este asunto está a punto de cerrarse en falso.
Fernández Díaz: "El aborto tiene algo que ver con ETA"
La segunda instantánea tiene como protagonista al ministro del Interior y su frase en la que citaba aborto y ETA. "El aborto tiene algo que ver con ETA" ¿Hace falta añadir ofensas de este calibre al estupor que ya provoca saber que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, planea devolver a las mujeres españolas al siglo pasado? ¿Pero en qué mundo viven algunos miembros de este Gobierno para comparar el aborto con el terrorismo? Y, por si no había sido suficiente, anoche la diputada popular Beatriz Escudero soltaba en el Congreso que "las mujeres que se ven abocadas al aborto tienen menos formación".
La reforma de la ley de plazos , la primera de nuestra historia que dejó en manos de las mujeres la decisión sobre su maternidad y que tiene apenas tres años, provoca ya grietas dentro del propio PP, nos aleja de Europa (Holanda, Italia o Francia tienen ley de plazos) y no responde a ninguna demanda social. De hecho, en el CIS de la semana pasada, ni siquiera aparecía en el panel de las 35 principales preocupaciones de los españoles.
Esperamos a conocer el texto definitivo que presente el ministro aunque ya ha anticipado, por ejemplo, su intención de suprimir el supuesto de la malformación del feto como causa de interrupción del embarazo, lo que va más allá incluso de la legislación que mantuvo Aznar. Y si el martes Fernandez Díaz habló de terrorismo y la diputada Escudero llamó ignorantes a las mujeres que abortan, hace poco escuchamos a Gallardón decir que la salud de las mujeres ya no será un pretexto. ¿Pero cómo se atreven a hablar con ese desprecio de la vida de las españolas? Hoy toca pedirles, como mínimo, un poco de respeto.
La tercera instantánea que completa la foto de España este miércoles nos lleva al Congreso. A las 9:00 comparece a petición propia el presidente del Gobierno para hablar de economía y explicar los datos que remitió a Bruselas y que en sustancia dicen que en lo que le queda de legislatura no podrá bajar el paro del 25%. Con semejantes credenciales, esperamos un Rajoy que acuda dispuesto a escuchar lo que puedan aportarle el resto de los grupos, del primero al último.
Esperamos, porque hasta ahora ha respondido a las ofertas de pacto de la oposición con desdén y arrogancia.
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