El problema no es Madrid. Es Tokio

Lo de menos es que Madrid no hay sido elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2020. De hecho, incluso puede ayudar a que Ana Botella no sea candidata en las municipales de 2015, una buena noticias para los madrileños.

El problema no es Madrid. Es Tokio.

El Comité Olímpico Internacional ha concedido los Juegos a la capital japonesa como si quiera hacer creer a la comunidad internacional que en ese país no ha ocurrido nada grave. O peor aún, que lo que ocurrió en marzo de 2011, el peor accidente nuclear de la historia, es ya un tema del pasado por el que no hay que preocuparse.

El COI ha valorado, afirman, la importante cantidad de dinero que puede invertir Japón en los Juegos de Tokio. Sin duda. El problema es que ese dinero estaría muchísimo mejor empleado en evitar la corrosión de los depósitos que contienen el agua radioactiva de Fukushima.

El pasado mes de marzo se supo que uno de esos depósitos estaba corroído y había vertido 300 toneladas de agua contaminada al océano. En la zona hay varios miles de depósitos parecidos y al menos 300 son exactamente iguales al que está roto.

No hace falta ser un técnico para preguntarse: ¿Cómo es posible que no se hicieran estudios previos sobre la resistencia de esos materiales a la corrosión ¿Qué es lo que está premiando el COI? ¿A la industria nuclear internacional?