¿Dignidad o nazismo?

Dijo ayer el presidente de la Comunidad de Madrid que los convocantes de las Marchas por la Dignidad comparten ideales con los neonazis de Amanecer Dorado. En el fragor de un debate a uno se le puede calentar la boca. Pero no, hoy ha insistido. Es decir, lo piensa. La marcha la convocan cientos de organizaciones ciudadanas, a muchos de ellos los hemos oído hablar y no nos han parecido precisamente neonazis.

Este tipo de políticos es de los que después reclama la presunción de inocencia contra los juicios previos, que no se mezcle a toda la clase política en un mismo saco, el respeto a la libertad de expresión incluso para justificar una barbaridad. Pero cuando se trata de los otros se activa el prejuicio y la descalificación general criminalizadora. No quiero ni preguntarme qué hubiera hecho con aquellos rojos comunistas si le hubiera tocado hacer a él la Transición en vez de a Adolfo Suárez.