¿Qué es la responsabilidad política?

Si la responsabilidad jurídica es saltarse la ley escrita, la responsabilidad política es saltarse la ley no escrita, el contrato informal existente entre el representante político y sus representados.

En los sistemas electorales donde se vota a los candidatos, las partes contratantes están claras, pero en sistemas como el nuestro, donde votamos a los partidos, la responsabilidad es más difusa y los partidos deben desarrollar mecanismos para gestionarla.

En España se ha fallado y la supervivencia de la tribu se ha impuesto a los códigos éticos. En otros países, los políticos responden a una militancia que tiene un interés en la reputación a largo plazo del partido, y, por tanto, están dispuestos a asumir un pequeño coste electoral a corto plazo. Pero, en España, los partidos son básicamente unidades de destino en lo universal: los políticos no responden tanto a una militancia independiente, sino a otros políticos – a los muchos cargos públicos electos y no electos cuyo pan de cada día, o incluso su coche oficial de cada día, depende de que el partido siga gobernando en el municipio, provincia o Comunidad Autónoma de turno –. Por tanto, su inercia es aplaudir y no a pedir responsabilidades políticas.

Hasta ahora les ha funcionado muy bien, porque la corrupción se castiga poco electoralmente si sólo hay dos o tres partidos y todos tienen sus manchas. Por ello, es positivos que surjan nuevos partidos que ayuden a disciplinar a los viejos.