Ropa de ensueño para un siglo de cine

Madrid

Con un título tan evocador como 'Los vestidos de los sueños', las salas del Museo Braschi de Roma se llenan del esplendor de unos ropajes que han pasado a la historia por sí mismos como objetos únicos e irrepetibles. Son piezas que van ligadas a los actores y las actrices que las portaron, en películas que forman parte de los anales del celuloide. El vestuario, de hecho, es un arte dentro del arte y, en cierto modo, determinadas escenas de películas de culto permanecen en la memoria colectiva gracias a los vestidos que portaban sus protagonistas.

La muestra hace un recorrido por las aportaciones más destacadas del mundo del diseño italiano al cine durante el último siglo: más de cien vestidos originales, decenas de bocetos y una selección de enseres que cobran vida de nuevo gracias a la iluminación de Luca Bigazzi, uno de los directores de fotografía italianos más conocidos del panorama contemporáneo. Con esta exposición, el comisario Gian Luca Farinelli ha querido rendir homenaje a un arte de uso tan fugaz como es el vestuario en el cine, pero que tanto pervive en el tiempo gracias a películas inmortales. "Los diseñadores italianos", asegura Farinelli, "han enseñado, realmente, a los diseñadores de todo el mundo. Han hecho comprender que no se trataba solo de vestir a las estrellas, sino que se trataba de, a través del vestido, capturar el alma de los personajes. Porque los diseñadores son grandes poetas".

Del cine mudo a nuestros días

El recorrido se inicia con el vestido que lució Francesca Bertini en la película muda 'Rapsodia satanica', de 1915, una especie de túnica clásica obra de Mariano Fortuny. También se pueden ver algunos trajes de época diseñados por Luigi Sapelli para su propia película 'Los Borgia', de 1920, y unos magníficos trajes de cola de Gino Carlo Sensani para la película 'La corona de hierro', cuya trama transcurría en el imaginario país de Kindaor.

Durante la visita, se pueden admirar también seis de los vestidos que llevó Audrey Hepburn en 'Guerra y paz', en el año 1956. Entre ellos el que lució durante el vals que bailó junto al príncipe ruso Andréi, interpretado por Mel Ferrer. También por un vals se hizo famoso el traje diseñado por Piero Tosi para Claudia Cardinale en 'El Gatopardo': un vestido vaporoso y de gran vuelo, que eligió la protagonista para presentarse ante la aristocracia bailando junto a Burt Lancaster. En la propia exposición se explica que Claudia Cardinale sufrió mucho con ese vestido, ya que tuvo que meter su cintura de 68 centímetros en los 53 que tenía el traje.

El maestro Fellini

La libertad creativa del gran Federico Fellini también tiene su representación en esta muestra. Ahí están los imaginativos trajes con volantes, sombreros y corpiños de 'Julieta de los espíritus', o las estrambóticas y casi surrealistas creaciones de Danilo Donati para la irreverente 'Roma', de 1971. También hay ropajes eclesiásticos más sobrios, como las túnicas diseñadas por Lina Nerli para 'Habemus papam' de Nanni Moretti.

La exposición se completa con otras obras de referencia para la moda en el cine, como los vestuarios premiados con el Oscar de la película 'Maria Antonieta' (2006), de Sofía Coppola, o el diseñado por Gabriella Pescucci para 'La edad de la inocencia' (1993). El comisario de la exposición, Gian Luca Farinelli recuerda que "los diseñadores italianos han obtenido doce Oscars, que son una montaña. Son el mayor número de Oscars obtenidos en una categoría técnica por los italianos, lo que demuestra un talento de nuestro país".

De Oscar, también, es la pieza que cierra la exposición: la americana roja creada por Daniela Ciancio para el rey de las fiestas en la película 'La gran belleza', de Paolo Sorrentino, ganador del premio de la Academia de Hollywood a la mejor película extranjera el año pasado.