Porque se puede abrir un bar sin local o un cine sin patio de butacas

Madrid

Muchas nuevas tendencias aterrizan constantemente en nuestro país desde el extranjero, y la de los proyectos pop up es una de ellas. Se trata de empresas nómadas, que ocupan un espacio en algún sector económico determinado durante un tiempo, para luego marcharse. Una forma de trabajar que está permitiendo a emprendedores, muchos de ellos jóvenes, montar una tienda aunque no cuenten con un establecimiento o poner en marcha un cine sin poseer un patio de butacas. En Hoy por hoy hemos conocido este fenómeno desde dentro, de la mano de tres responsables de empresas pop up en nuestro país.

Nuestra primera parada por este particular mundo empresarial nos ha llevado hasta el palacio de Cibeles. Jesús Mateos gestiona un cine pop up, la agencia Sunset Cinema, que este verano proyecta películas en el palacio de Cibeles; sí, el mismo edificio en el que hoy se encuentra la alcaldía de Madrid.

Mateos, que importó esta idea después de una temporada en Londres, define el cine pop up como "sacar el cine de la sala de cine convencional y proyectar películas en lugares inusuales durante un periodo de tiempo determinado, haciendo que la gente interactúe con una serie de espacios sorprendentes".

"Nosotros ofrecemos una alternativa a ese público que, aunque le sigue gustando mucho el cine y ver películas, quizás se ha cansado un poco de ir a salas de cine convencionales", comenta Mateos. "Estamos en una crisis donde la gente tiene unos recursos económicos limitados y tienen que gestionar muy bien su dinero. Con el dinero que tienen disponible, esas personas quieren vivir experiencias que se salen de lo normal", añade.

Nuestra segunda empresa pop up nos ha trasladado a esos almuerzos de domingo. Paula Móvil es cofundadora de La Vermutería, un negocio nómada que lleva vermú desde cualquier bodega a cualquier bar de España. Los padres de este proyecto, grandes aficionados al vermú, optaron por este modelo de empresa ante el gran coste que suponía abrir un bar.

"Como la cantidad de dinero era demasiado grande para nosotros, decidimos hacer fiestas efímeras para poder hacerlo más divertido y para no comprometernos a pagar una deuda, y así poder dedicarle todo nuestro tiempo al vermú", indica Móvil. "Intentamos que, cada vez que nuestros clientes vivan el vermú con nosotros, ofrecerles una marca diferente cada día", añade.

Una pop up para las pop up

Cómo no iba a surgir una empresa dedicada a realizar proyectos integrales pop up. Sofía López pertenece a la agencia Better, centrada en llevar a cabo proyectos efímeros desde hace cuatro años. "Lo que nos llamó la atención el hecho de que son proyectos de comunicación. Se da a conocer que son efímeros y la gente se emociona y quiere ir, a sabiendas de que el negocio en cuestión va a desaparecer", comenta López.

El último proyecto puesto en marcha por Better fue una tienda en el barrio de las letras que duró solo tres días. "Nuestros proyectos tienen mucho éxito porque son colectivos, haciendo grupos muy grandes de trabajo y arrastrando a mucha gente", explica esta empresaria.