Cleopatra: la reina que perpetuó la leyenda y la fascinación de Egipto

Madrid

La hemos visto en esculturas, en relieves, en cuadros de todas las épocas y estilos, en obras de teatro desde Shakespeare a la actualidad, en largometrajes cinematográficos y en tarjetas, anuncios, animaciones y, en general, en todo aquello que sirva de soporte para reproducir imágenes. Es Cleopatra, la última reina del Antiguo Egipto. El final de tres milenios de una cultura que nos ha dejado un vasto legado artístico y arquitectónico y que, a pesar de ello, sigue siendo una gran desconocida.

Gran parte de la culpa de lo poco que conocemos sobre Cleopatra, la última descendiente de la dinastía ptolemaica que llegó a reinar, la tienen sus enemigos. De ahí que muchos historiadores desconfíen de la veracidad de todo lo que se ha dicho de ella, o al menos de lo que se ha destacado de su personalidad. Por ello, para tratar de ofrecernos una imagen un poco más auténtica de su figura, el Canal de Isabel II Gestión ha creado la exposición “Cleopatra y la fascinación de Egipto” en el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid. Una completa muestra formada por más de 400 piezas procedentes de 80 museos de todo el mundo y de colecciones privadas tanto españolas como internacionales.

Pero, ¿qué pasa con Cleopatra? ¿Por qué ese magnetismo que ha sobrevivido a lo largo de los siglos? El comisario de la exposición, el arqueólogo e historiador Martín Almagro Gorbea, lo tiene claro: “en parte se debe a que es el broche de oro a esa cultura milenaria y al mundo helenístico alejandrino que aparece con Alejandro Magno a finales del siglo IV a.C y que perduró hasta la conquista de Augusto. Pero al mismo tiempo también es por la fascinación de una mujer que no sólo fue capaz de codearse con las figuras máximas que crearon el Imperio Romano, sino también de atraerlas y, según decía Augusto y la propaganda contraria a Cleopatra, incluso llegó a subyugarlas”.

La Cleopatra ambiciosa, amante de las intrigas y del poder y, a veces, calculadora, tiene otros rasgos que, en ocasiones, se han obviado o han pasado desapercibidos. Fue una reina culta e inteligente, que supo persuadir al mismísimo Julio César y enamorar a Marco Antonio, y que perdió su última batalla contra el emperador romano César Augusto en su intento de mantener la independencia de Egipto frente al expansionismo de Roma. Un personaje de estas características sólo podía tener un final de leyenda. Aún no está claro si se suicidó haciéndose morder por una víbora egipcia (la versión más popular), si tomó veneno o si fue asesinada. Aún hoy no ha sido localizado su lugar de enterramiento.

Un paseo por la Historia

La muestra se organiza en torno a un recorrido que ocupa los aproximadamente 2.000 metros cuadrados de superficie del área expositiva, ubicada en un antiguo depósito subterráneo del Canal de Isabel II. Los elementos audiovisuales juegan un papel importante dentro del itinerario, que se inicia con un retrato helenístico de Cleopatra proveniente de los Museos Vaticanos y la recreación de la puerta de un templo egipcio, a través de la que se accede a la narración histórica: la importancia del Nilo como eje vertebral del Antiguo Egipto, la dinastía de los Ptolomeos a la que pertenecía la última reina de la civilización egipcia, la influencia de Egipto en el Imperio Romano, la presencia de Cleopatra en el arte, la literatura, el cine y la música, desde el Renacimiento hasta nuestros días y, por supuesto, la presencia de la civilización egipcia en España, con la llegada de objetos desde Egipto ya en el primer milenio antes de Cristo.

Destacar algunas de las más de cuatrocientas piezas de las que se compone la exposición es una tarea difícil: esfinges, objetos funerarios, esculturas y joyas, un áspid como el que, según la leyenda, provocó la muerte de Cleopatra, numerosos cuadros mostrando todas las versiones de la última reina egipcia en función de cada época concreta, el vestuario de la película de 1963 protagonizada por Elizabeth Taylor, o hasta una reproducción, con los colores originales, del Templo de Debod, cuyo original puede visitarse en otro punto de Madrid.

Ampliar

“Sería pretencioso decir que en esta exposición vamos a desvelar los secretos de Cleopatra. La idea es mucho más sencilla y, al mismo tiempo, mucho más bonita: cada uno tiene su propia idea de Cleopatra. Con la rica información, muy bien expuesta, que se ofrece en la exposición, cada uno puede profundizar, alterar, rectificar y, sobre todo, enriquecer esa visión que es la que han creado, sobre todo, los artistas, literatos, escultores, pintores y cineastas, con los pocos datos que nos ofrece la antigüedad. Cada uno tiene que recrear su propia imagen de Cleopatra”, señala el comisario de la exposición, Martín Almagro.