Paga con tiempo y talento, no con dinero

Madrid

Según un barómetro realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, los españoles invertimos gran parte de nuestro tiempo libre en actividades que sean gratis: dar un paseo, ver la televisión, hacer deporte o navegar por internet. En España, hay 29 millones de personas que utilizan internet y de ellos cerca de 19 millones lo hacen diariamente. Un pasatiempo que puede convertirse en oportunidad cuando nos planteamos la posibilidad de invertir esas horas en un banco del tiempo.

TimeRepublik es uno de ellos. Fue creado por Gabriele Donati y Karim Varini en 2012 y tiene como objetivo conectar internacionalmente a un conjunto de personas que tienen la voluntad de intercambiar sus capacidades y pasiones. "Los usuarios se ponen en contacto para ayudarse y se pagan con tiempo, no con dinero" explica Jonas Bianchi, responsable del proyecto en España.

Ampliar

Con el banco del tiempo descubres el valor que tienes como persona, ya que lo importante no es el talento profesional que tengas, sino las capacidades personales. "Yo soy abogada pero, al desplegar la lista de talentos, vi que podía pasear perros, hacer traducciones o formar parte de proyectos de cooperación" añade Sara, usuaria de la plataforma.

En pocos años han conseguido 50.000 usuarios y realizar más de 100.000 acuerdos, frecuentemente relacionados con las traducciones, las clases de idiomas o los diseños de páginas web. Además, están presentes en 120 países, lo cual amplía notablemente la oferta de servicios disponibles.

Esta tipología de economía colaborativa también permite financiar proyectos mediante las donaciones de tiempo. Imita el modelo del crowdfunding, por lo que desde TimeRepublik lo han denominado timefunding. "Hay dos chicos jóvenes en Italia que pretenden mejorar un sistema de comunicación y han recibido más de 300 horas de la comunidad. Ahora las están utilizando para pagar en horas a diseñadores web, traductores, publicistas y así poder sacar adelante su pequeña empresa" informa Jonas.

Su intención es ir más allá de un banco del tiempo tradicional, es conseguir vincular a personas que quieran ayudar y necesiten ayuda, independientemente del lugar del mundo donde residan. Es una cadena de favores que permite valorar y reconocer las capacidades propias, aprender a pedir ayuda y, sobre todo, valorar nuestro tiempo y el de los demás.