La extraña muerte del Supermán de la tele

Madrid

George Reeves interpretó a Superman durante seis años en la pequeña pantalla. Había debutado en el cine en “Lo que el viento se llevó” haciendo de uno de los gemelos Turletton, esos que coquetean con Escarlata O’Hara al comienzo de la película. Posteriormente intervino en diversos títulos de serie B. Durante la guerra sirvió en la aviación y al terminar la contienda retomó su carrera de actor con poca fortuna.

Se presentaba a castings pero solo conseguía pequeños papeles. Trabajó junto a Rita Hayworth en “La pelirroja” o al lado de Marlene Dietrich en “Encubridora”, de Fritz Lang. En 1951 le ofrecieron el papel que cambió su suerte: hacer de Supermán en una serie de televisión.

Georges Reeves se convirtió en una de las primeras estrellas de ese medio algo que, sin embargo, no le hizo feliz, El actor odiaba al personaje. Pensaba que los guiones eran malos y que ese trabajo le apartaba del mundo del cine. Hizo, por ejemplo, una prueba para “De aquí a la eternidad” pero su personaje fue finalmente eliminado.

George Reeves fue cayendo poco a poco en la bebida y en una fuerte depresión. Además mantenía una relación sentimental con Toni Manix, la esposa de Eddie Manix, uno de los jefazos de la Metro.

Su muerte estuvo rodeada de interrogantes. La madre del actor contrató a detectives privados para que investigaran el suceso. Resultaba extraño que el casquillo de la bala apareciera debajo de su propio cuerpo. No había huellas dactilares en el arma ni restos de quemadura del disparo en la cabeza. Además había otros dos agujeros de bala en el suelo debajo de una pequeña alfombra. Y siempre sobrevoló la participación de Eddie Mannix en el suceso.

Con la muerte de George Reeves desapareció una de las primeras estrellas de la televisión americana. Una actor que nunca disfrutó plenamente con ese estatus.