Manga, anime y disfraces: pasiones de multitudes

Madrid

Quizá sea una cuestión generacional. O puede que, sencillamente, algo más de ese mundo que hay ahí fuera y del que es imposible conocer todo. Lo más probable, hay que asumirlo, es que todo sea una cuestión de gustos. De la libertad de cada uno tenga las aficiones que desee. Pero la cultura japonesa para un español treintañero, natural de un barrio de clase media de Logroño, no deja de tener algo de insólito, de sorprendente. A quien nunca le gustaron ni Bola de Dragón ni los Caballeros del Zodiaco encara el fenómeno con una mezcla de estupor e intriga. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, algo tendrá el Japan Weekend de Madrid cuando se instala en un enorme pabellón de Ifema (28.000 metros cuadrados) y agota las entradas.

El festival empieza hoy sábado y la aventura de sumergirse en su previa, de indagar qué ofrece, qué se va a ver allí, empieza en internet. Una toma de contacto. Los invitados, por ejemplo. Se anuncia a Itsuki Akira y Stayxxxx, artistas de cosplay. Primera dificultad, la terminológica. ¿Qué es el cosplay? Resulta que es jugar a disfrazarse, vestirse inspirado en personajes. Tipo manga, pero no necesariamente. Tienen enorme mérito los disfraces, un trabajo minucioso y estudiado. No es para tomárselo a broma.

Itsuki Akira, por ejemplo, también canta:

Otro nombre: Yami Tabby. Su nombre artístico no induce a pensar que estamos ante María López, almeriense de 16 años. Pero es así. Asumamos también que en España no es conocida por el gran público, pero sí por los miles fans de la cultura japonesa. Yami Tabby es cantante y triunfó en japón en el concurso televisivo de talentos Nodojiman The World. Acaba de sacar su primer disco.

El Japan Weekend tiene 20 horas de actividades, así que no todo son cantantes y disfraces. La cultura japonesa que atrae a tanta gente se apoya en aspectos dispares. Concursos de videojuegos, karaoke, charlas de youtubers (otro fenómeno merecedor de capítulo aparte), clases de japonés, juegos de cartas, concursos, bailes, esgrima japonesa, firmas de artistas... Todo tan apabullante como los colores y las luces del anime. Anime, por cierto, es el manga, el conocido cómic japonés, pero en versión dibujos animados.

Acudimos a la fuente oficial, a la propia organización del evento, en busca de más respuestas. Pedimos una explicación divulgativa, para todos los públicos, de lo que ofrece el Japan Weekend. Nos remiten una nota de prensa. Entre otras cosas, explican que "los amantes del mundo de Zelda y de la buena música podrán disfrutar de la interpretación de The Legend of Zelda: Symphony of the Goddesses". Zelda ya le suena al treintañero que vivió el lanzamiento del videojuego en los tiempos de la GameCube de Nintendo. Los organizadores también nos cuentan en su nota que "siguiendo el hilo de los amantes de las aventuras, para los que las artes marciales sean su modo de vida o su hobby, podrán ver exhibiciones y ser partícipes de una clase magistral". Las artes marciales fueron de las primeras importaciones japonesas que llegaron a España cuando empezamos a abrirnos al mundo. Otro rasgo reconocible de la cultura nipona. No todo son neologismos en el festival.

Como la fuente oficial tampoco saca mucho de dudas, acudimos a dos chicos que van a ir a la feria. Pablo y Diego van el domingo porque para el sábado ya estaban agotadas las entradas. Tienen 15 años y a Pablo le gusta One Piece, es su serie japonesa favorita. Aunque se va a gastar "lo justo, porque las cosas japonesas son muy caras". No va a participar en los talleres de dibujo manga, pero sí tiene interés en ver cómo lo hacen con el ordenador. "Tiene que molar", resume. Diego va a ir por primera vez al Japan Weekend. "No es como el Manga Weekend, esto es más específico para los amantes de las series", explica. Ambos, eso sí, están dispuestos a participar en los trivial sobre series japonesas y en algún sorteo. "También queremos ver avances de las nuevas series y de los juegos para la Play Station 4". Con las motivaciones de algunos asistentes sobre la mesa es más fácil hacerse una idea.

En el repaso al programa del Japan Weekend aparece un nombre: Miguel Morant. Así, a priori, no dice nada, no es popular. Pero en su curriculum brilla un trabajo: era la voz de la canción en los dibujos animados de fútbol de Oliver y Benji. Ahora sí. El redactor encuentra algo completamente reconocible. Y empieza a entender tanta pasión por la cultura japonesa: