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'MARÍA MANDEL'

La Bestia de Auschwitz

Maria Mandel fue la directora del campo de exterminio de mujeres. Acabó con la vida de 500.000 prisioneras

Wikipedia

Madrid

La lista crímenes cometidos por la maquinaria de Hitler es inabarcable, muchos los conocemos, otros, no tanto. Pese a que asociamos esta época de terror y puños de hierro a hombres y lugartenientes, también existieron mujeres que llevaron a la muerte a miles de personas.

El Caso Real de esta semana se centra en una de esas mujeres. Concretamente en María Mandel, guardiana de Rävensbruck y directora del campo de mujeres de Auschwitz. Muy pocos se referían a ella por su nombre, preferían llamarla por su apodo, era mucho más descriptivo: La Bestia de Auschwitz.

Mónica González Álvarez, ya habló en su libro ‘Guardianas Nazis’ sobre la vida y la trayectoria de María Mandel pero recupera la historia para explicar, en Negra y Criminal, como esta joven de humilde familia pudo pasar de ser una sirvienta doméstica a condenar a miles de personas a la cámara de gas.

SUS MÉTODOS

María Mandel era tan atractiva físicamente como cruel en sus formas. Paseaba por el campo de concentración acompañada de su látigo, vestía falda conjuntada con botas con punta de acero y unos guantes blancos que solían acabar la jornada teñidos de rojo.

Su primer destino fue el campo de Rävensbruck, allí fue donde labró su reputación a golpe de látigo. En su búnker, se divertía torturando y fustigando a aquellas presas que habían robado, que habían hablado más de la cuenta o que, simplemente, habían osado mirarla.

Su crueldad no hizo más que crecer cuando fue destinada a Auschwitz. Allí se convirtió en la directora del campo de mujeres y la responsable de dictaminar a quién enviaba al barracón y a quién a la cámara de gas. Tal fue su crueldad que, cuando la guerra llegó a su fin, se cree que las víctimas de Mandel podrían haber llegado al medio millón de personas, casi todas mujeres y niños.

Sin embargo, ella jamás asumió ninguna responsabilidad sobre sus actos. Al menos así lo reflejó en los juicios de Cracovia. Según su testimonio, ella tan solo era una pieza más del gran engranaje a las órdenes del Führer. Des de su punto de vista, ella solo cumplía órdenes de manera diligente.

EXPERIMENTOS

Además de disfrutar torturando y matando a sus prisioneras, hubo una época en que la Bestia de Auschwitz se encargó de seleccionar prisioneras para experimentos secretos. Escogía grupos pequeños para que no trascendiera y las enviaba a los laboratorios, allí, investigaron con sus cuerpos en materias como la regeneración celular o el trasplante de miembros. Mandel no opinaba sobre aquellos experimentos, ella solo sabía que, ganarse el favor de los científicos del Tercer Reich, era estar un poco más cerca de la cúpula de Hitler.

 
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