¿Por qué seguimos muriendo las mujeres a manos de los hombres?

Barcelona

Tras una semana que se cierra con tres nuevas víctimas de violencia machista, Juan José Millás charla con Jorge Zurita, comisario especializado en violencia de género. Ambos pertenecen a una generación que, como otros muchos, han recibido una educación misógina y machista, la cual han tenido que combatir con gran esfuerzo y una conquista que hoy en día se sigue luchando entre hombres y mujeres.

Zurita comenta que no hace tantos años el panorama policial era mucho más cruel con las mujeres, pero cada vez más se está logrando atender esta violencia machista que en el argot policial denominan víctimas vulnerables. Millás lanza una reflexión sobre qué deberíamos hacer para dejar de normalizar el machismo que equiparamos a veces a las víctimas mortales de tráfico. Sin embargo, el comisario Zurita a pesar de estar de acuerdo en que desafortunadamente los medios de comunicación nos hacen un poco impermeables ante estas noticias, a él se le sigue volcando el corazón y está seguro de que a gran parte de la sociedad también le ocurre. Igualmente garantiza que el Ministerio de Interior y las fuerzas de seguridad trabajan arduamente en minimizar esta lacra social. El número de víctimas sigue creciendo, pero Zurita querría que el número no superase las 44 que supusieron el pasado 2016. Pero también subraya la existencia de mujeres muertas en vida que se encuentran en el anonimato que han de sumarse a las cifras de violencia machista.

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El 15 de febrero se puso en marcha una herramienta que detecta el riesgo de violencia machista. Se trata de un motor analítico programado para buscar dentro de un caso de violencia machista, localizarlo y enviarlo a la unidad protectora. Ya van 3000 análisis transmitidos a las fuerzas y cuerpos de seguridad, a la delegación del gobierno e incluso a instituciones penitenciarias. Esta tecnología se mide en cinco niveles obtenidos por un formulario de valoración del riesgo que según el grado se analiza con mayor o menor frecuencia. La innovación estriba en que actúa también en los períodos muertos en los que, lógicamente, siguen ocurriendo agresiones, pero el seguimiento no es tan exhaustivo. Aun así, Jorge Zurita se conforma con saber que ya se ha podido evitar una sola agresión.

Pero algo debe estar fallando cuando todavía se siguen dando estas agresiones. La revisión pormenorizada de las víctimas mortales estudia los perfiles de los agresores, entornos familiares y laborales tanto del agresor como de la víctima, para poco a poco adquirir un perfil cada vez más afín de los sujetos involucrados en este acto tan deleznable. Aunque no se haya podido encontrar un perfil determinado del agresor, sí suele hallarse a mujeres vulnerables y sometidas a la fuerza tanto física como psicológica de sus agresores que ejercen un poder gracias a ser el sustento económico de estás.

Zurita recalca que es tarea de la sociedad el empoderar a la mujer y crear una educación basada en la igualdad. Asimismo anima a todas las víctimas que hoy en día están sufriendo este horror a denunciar para que puedan ser protegidas. Recordando que sólo un 20% de las mujeres se atreven a hacerlo y esto supone un gran gesto de valentía por parte de ellas.