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Muerte digna

"Nos coaccionaron como si estuviésemos en una clínica veterinaria"

Aridani González denuncia que su madre fue víctima de un ensañamiento terapéutico a pesar de que había hecho testamento vital para evitar morir con dolor, como hizo en un hospital público de Canarias: "Los médicos no aceptaron su decisión"

"Nos coaccionaron como si estuviésemos en una clínica veterinaria"

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Madrid

Una mujer que hizo su testamento vital para evitar morir con dolor y para garantizar que tendría una muerte digna al final de su vida ha fallecido en un hospital público de Canarias después de siete días de extremo sufrimiento para ella y para su familia. Se da la cicunstancia de que esta mujer, Marcela Padrón Rodrígnea, era la responsable del registro de voluntades anticipadas de la Consejería de Sanidad en Las Palmas. Sus hijos denuncian que fue sometida a ensañamiento terapéutico.

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"Suelo decir que mi madre murió dos veces. Debido a un error de diagnóstico anterior a este linfoma, a mi madre se le había diagnosticado un colangiocarcinoma con una esperanza de vida muy corta, de escasas semanas, y pudimos hablar con ella de qué era lo que quería después de la muerte. Aunque no tuvimos la oportunidad de despedirnos esta vez, aquel error nos permitió tener claro lo que quería hacer", ha afirmado Aridani González, hijo de Marcela, que ha explicado en la Cadena SER como ha sido el proceso.

"Nos dieron diversas justificaciones. Cuando entramos en medicina intensiva con el documento en la mano, la médico de guardia nos dice que ese documento allí no se va a aplicar. Nos dice que ese documento no es de aplicación en ese departamento, como tampoco en urgencias, y nos dice que tiene una función básica en enfermedades muy claras. En ese primer momento nosotros no nos enfrentamos al médico, mi madre acababa de entrar en esa situación y entendemos que hay que esperar un poco", apunta Aridani. Los problemas más graves se los encontraron los días posteriores.

"El segundo día nos dicen que hay un problema de etimología, y por un lado tienen razón. El documento establece los conceptos reversible, irreversible, curable e incurable. En este caso, el linfoma de mi madre estaba calificado como tratable", prosigue el hijo de la fallecida, aunque recuerda que su madre había salido de reanimación con unas "secuelas catastróficas". "Se había quedado ciega, estaba amarrada a la cama, iba a tener diálisis prácticamente de por vida, estaba tratada con noradrenalina, lo que provocaba que tuviese poco riego sanguíneo en los dedos de la mano y de los pies con lo que existía riesgo incluso de imputación", sostiene el joven, que denuncia una coacción por parte del equipo médico para no aplicar la voluntad de su madre.

"Se nos decía, como si estuviesemos en una clínica veterinaria, que si queríamos la sedaban, que sabían que estaba sufriendo porque la tenían sin sedantes ni calmantes, pero que a lo mejor le quitábamos la única oportunidad de vivir. Este documento establece una autonomía y no está tipificado que nadie de su familia tenga la capacidad de tomar esa decisión. Sin embargo, los médicos en ningún momento quisieron aceptar esa decisión como suya propia y la pusieron en la espalda de su familia", ha sentenciado. 

 
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