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SERIES DE TELEVISIÓN | Entrevista

Vince Gilligan: "Me aterra pensar que 'Breaking Bad' puede hacer a la gente más tolerante al mal"

El creador de una de las mejores ficciones de la historia habla de decadencia moral, antihéroes y drogas

Vince Gilligan, creador de 'Breaking Bad', en un momento del rodaje junto a Aaron Paul / AMC

Madrid

Le cuesta mantener la mirada mientras habla. Guarda esa timidez del Walter White profesor. También conserva la humildad pese a ser uno de los creadores más influyentes de la televisión contemporánea. Vince Gilligan (Richmond, 1967) todavía se asombra cuando lo reconocen por la calle. En seis años pasó de ser un desconocido a un escritor de culto. Formado en la cantera de guionistas de 'Expediente', su gran obra nació de una broma: crear un laboratorio de metanfetamina en la parte trasera de una caravana para hacerse millonario. Esa idea tan loca fue el germen de 'Breaking Bad'. El resto lo fueron descubriendo por el camino. Confiesa, en un encuentro con guionistas en Madrid organizado por el sindicato Alma, que los propios personajes le fueron dando pistas. "A veces te proporcionan revelaciones que jamás habrías esperado. Pero tienes que escucharlos atentamente. Cuando te pasa eso es maravilloso, es lo mejor que te va a pasar en una sala de guión".

Discutieron si matar a Jesse, sabían que Walter White no tenía salvación, les costó comprender por qué los fans odiaban a Skyler y sufrieron con la muerte de Jane. En esa sala también descartaron un giro final, la serie necesitaba un cierre fiel, auténtico. Todo hasta completar un tratado de la decadencia moral, de la familia, del sueño americano, del poder, de la droga y de la frontera. La construcción del antihéroe más mediático -con permiso de Tony Soprano- es ya historia.

¿Cómo se escribe la decadencia moral? ¿Cómo se construyen esos personajes? Hay una cosa que diferencia a ‘Breaking Bad’ del resto de grandes historias de antihéroes, en su caso la moral es una opción…

Empieza con nuestro interés como guionistas por la moralidad. Peter Gould, mi compañero en ‘Better Call Saul’, está interesado, como yo, en la idea de si vivimos en un universo justo. Eso suena muy presuntuoso y puedes pensar ‘¿qué tal si te centras en tratar de ser entretenido?’ Pero pensamos mucho en nuestro deseo de que el universo en el que vivimos sea justo, que premie el buen comportamiento y castigue el mal comportamiento. Creo que en la realidad el universo es muy caótico y no le importa si hacemos el mal o el bien. Pero a nosotros sí nos importa y es por eso que pensamos mucho en la lucha entre bien y mal. Así que pensamos en esas cosas cuando escribimos la serie. Pensamos en la moralidad, pensamos en lo que es vivir una buena vida, en intentar vivir una buena vida y, de vez en cuando, en términos dramáticos, el bien no es tan interesante como el mal. Dicho de otra forma, un personaje que es un criminal que cocina metanfetamina o un abogado que se salta la ley son tipos más interesantes a la hora de escribir, pero aunque veas a una persona que involuciona como ser moral, tienes ese debate del bien y el mal.

Walter White encarna, en cierto sentido, la frustración del sueño americano. La enfermedad le hace darse cuenta y perseguirlo por la vía más rápida, descubre el poder ¿Es el poder una droga?

Sin duda, el poder es una droga. Todos queremos sentirnos poderosos, saber que somos importantes y que tenemos un significado. Y muchas veces, ese significado se expresa a través de un sentimiento de poder, pero también tenemos el sentimiento contrario: nos sentimos sin poder, nos sentimos desamparados, sentimos que el mundo no nos respeta tal y como debería. Y creo que eso es un sentimiento universal que afecta a muchos idiomas y muchas culturas. Pero sí, el poder es probablemente la droga más potente en ‘Breaking Bad’. Bien dicho. Me gusta.

Le he leído que quizás sea el momento de volver a los héroes -con sus grises, no en un sentido clásico- después de esta época dorada de antihéroes, ¿por qué?

Si das mucho de una cosa, se vuelve aburrida. Y creo que el movimiento de los antihéroes en televisión empezó con ‘Los Soprano’, existió a través de ‘The Shield’ y luego se vio en ‘Breaking Bad’, que no habría existido como serie de no ser por estas y otras tantas series. Llega un momento en el que cuando tienes muchos antihéroes en televisión es como echarle mucha sal a tus patatas fritas. No saben bien. Pero sí que creo que esas series de antihéroes existieron en una época en la que fueron creadas como una especie de antídoto a muchas décadas en televisión en las que el protagonista siempre tenía que ser alguien bueno. En la vida real hemos visto que el mundo no está lleno de personas totalmente buenas o personas totalmente malas, sino gente que tiene una mezcla de ambas. Eso es la realidad. Y de la misma manera que la televisión antigua tenía, quizás, muchos personajes buenos que no eran realistas, ahora con los antihéroes quizás la televisión ha ido al otro extremo y tiene muchos personajes malos que no son realistas. Vamos de un lado a otro en términos culturales y quizá ahora sea el tiempo para personajes que no sean ni buenos ni malos, sino más equilibrados, grises y más representativos de la realidad que conocemos.

Quizás en este tiempo hemos desarrollado también una tolerancia mayor o cierta fascinación por esos malos, por los villanos, ahora incluso algunos gobiernan...

No podría soportar que ‘Breaking Bad’ haya tenido algo que ver en eso –en referencia a la elección de Donald Trump-. Me preocuparía y me entristecería mucho. Bromas aparte, hemos aprendido mucho de la televisión y, como decía antes, la idea del antihéroe en televisión nacía como un antídoto al exceso de falso heroísmo de las décadas anteriores pero definitivamente, tenemos muchos antihéroes en la ficción y quizá estemos en ese punto de cambio ya. Pero sería terrible que ahora o en futuras generaciones la gente viera en el protagonista de ‘Breaking Bad’ -una serie de la que estoy muy orgulloso y que incluso grabaría en mi tumba cuando muera- un hombre al que emular, porque no lo es. Walter White es un personaje interesante, en ocasiones es un personaje simpático, pero no es un personaje sobre el que moldear la vida de una persona. Es una persona terrible. Es una mala persona. Es alguien al que no hay que emular. Por eso, odio pensar que ‘Breaking Bad’ pueda facilitar el camino a personas que piensen que no tienen que esforzarse en ser buenas personas en sus vidas y me aterra que pueda hacer que la gente sea más tolerante al mal. Es decir, no soportaría que una persona mala en la vida real, por el hecho de ser sexy o carismática, sea personada por la gente.

 
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